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100 días o un juicio

  • Foto del escritor: Editorial Semana
    Editorial Semana
  • 17 abr
  • 2 Min. de lectura



Por: Nitza Morán Trinidad


Con un Centro de Bellas Artes de Santurce lleno a capacidad, la gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González Colón presentó su primer mensaje sobre logros, avances y retos tras 100 días de gobierno.


Más allá de un discurso, lo que presenciamos fue una defensa ante un juicio constante: no solo por su gestión, sino por ser mujer, madre y estadista.


Desde la campaña para las primarias del 2 de junio de 2024 hasta su elección en noviembre de 2024, la mandataria ha sido blanco de críticas despiadadas y especulaciones personales sobre su relación, su boda, su embarazo y hasta teorías sobre maternidad subrogada, muchas de ellas con un tono evidentemente sexista.


La vara de evaluación ha sido distinta. A mi juicio, a la gobernadora se le exige más porque es mujer y porque representa una visión política clara. Sin embargo, ha enfrentado ese escrutinio con temple y determinación, transformando los ataques en motor para consolidarse como una líder firme, capaz y enfocada en grandes propósitos para la isla.


Durante su mensaje, quedó claro que una de sus prioridades es el tema energético. Habló con franqueza sobre los retos del sistema eléctrico, defendió el uso de métricas y fondos federales para mejorar la infraestructura y anunció reuniones semanales con el denominado “zar de energía”.


Aunque algunos la critican por no haber cancelado el contrato del consorcio, irónicamente, muchos de esos críticos han coincidido luego en la necesidad de atender la crisis desde adentro.


Fue estratégico comenzar el mensaje con fuerza, como quien da el primer “malletazo” en un juicio, y avanzar hacia su visión de gobierno.


Habló de reformas, alivios contributivos, desarrollo económico, y presentó cifras concretas: más de 1,000 empleos creados, 11,000 permisos otorgados y una revisión a la Ley 60 para beneficio de los puertorriqueños.


Aunque los retos en educación, salud y seguridad persisten, también lo hacen las limitaciones impuestas por la Junta de Supervisión Fiscal y la necesidad de mantener presupuestos balanceados.


Es fácil enjuiciar. Es más difícil reconocer cuando una mujer lidera con acciones concretas, sin excusas y con determinación.


Aún falta mucho cuatrienio, pero la ruta está trazada. ¿Ganará el juicio? Eso lo decidirá el pueblo. Por ahora, los hechos hablan por sí solos.


La autora es senadora por San Juan, Aguas Buenas y Guaynabo

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