Editorial Semana
71 aniversario de la Revolución de Jayuya

Por: Prof. Luis Dómenech Sepúlveda
“Cuando me tocó declarar, yo le dije al Sr. Hayes que recogí la bandera a mi paso. Entonces él dijo: ¿Y por qué usted, en peligro de muerte, recogió esa bandera en vez de irse a salvar su vida? Yo le contesté: porque mi maestro me enseñó que la bandera de la Patria nunca debe caer al suelo”. Y el me preguntó: ¿Y quién es su maestro? Yo le respondí: Pedro Albizu Campos”. (Dominga de la Cruz Becerril)
El próximo sábado, 30 de octubre de 2021, se conmemora en Jayuya la heroica gesta patriótica denominada históricamente como “La Revolución de Jayuya” por iniciativa del Partido Nacionalista Puertorriqueño comandado entonces por Pedro Albizu Campos, el más valiente, audaz y sacrificado prócer puertorriqueño de todos los tiempos. Se trata del primer alzamiento de lucha armada de los puertorriqueños contra el régimen colonial de Estados Unidos comandados por Blanca Canales Torresola, Elio Torresola y Carlos Irizarry. Los insurrectos atacaron e incendiaron el Cuartel de la Policía logrando izar la bandera de Puerto Rico, la cual estaba proscrita para esa época, mientras declaraban La República de Puerto Rico, la segunda vez en la historia que se declaraba la República en una confrontación armada. La primera vez ocurrió durante el Grito de Lares el 23 de septiembre de 1868.
Dos personas resultaron muertas en Jayuya durante el fuego cruzado entre ellos un miembro de la Policía colonial y el patriota, Carlos Irizarry. Ello provocó la intervención terrestre y aérea de la Guardia Nacional y varios helicópteros bombardearon a los patriotas insurrectos. De hecho, el alzamiento patriótico se extendió por varios días en pueblos como Arecibo, Utuado, Naranjito, Peñuelas, Mayagüez, Viejo San Juan (Fortaleza) y Casa Blair en Washington, lugar de esparcimiento del presidente de Estados Unidos y utilizado para hospedaje de invitados y dignatarios. En Fortaleza, residencia del gobierno colonial de Puerto Rico, intentaron asesinar o secuestrar al gobernador, Luis Muñoz Marín, donde murieron cinco nacionalistas. Mientras tanto, en Casa Blair murió el nacionalista, Griselio Torresola, al tiempo que Oscar Collazo fue gravemente herido y sentenciado a muerte. Posteriormente su sentencia fue conmutada a cambio de cadena perpetua.
En síntesis, 7 nacionalistas murieron en la gesta patriótica y más de mil patriotas fueron arrestados y sentenciados a largas condenas de prisión. Ello incluyó a Blanca Canales, Carmín Pérez, Isabel Rosado, Doris Torresola, Dominga de la Cruz Becerril entre otras heroínas de la Patria. Uno de los últimos sobrevivientes de la insurrección de Jayuya es el amigo y compatriota, Heriberto Marín que, a sus 93 años se mantiene en pie de lucha y diciendo presente a los llamados de la Patria.
Aunque la Revolución de Jayuya no logró su objetivo de derrocar el gobierno colonial y constituir la República de Puerto Rico, no es menos cierto que la gesta patriótica reafirmó la voluntad de lucha del pueblo de Puerto Rico. Además, denunció el carácter colonial de la Ley 600 que incluía la imposición del ELA colonial.