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  • Foto del escritorEditorial Semana

Aguinaldo


Por: Lilliam Maldonado Cordero


Nuestro país es uno rico en tradiciones, cultura y fe religiosa. Prueba de ello son las distintas acepciones que hemos modificado e implantado del vocablo “aguinaldo”, ya sea por agradecimiento o expresión cultural.


El primer aguinaldo del que hablaremos es el obsequio tradicional, que es un regalo que se da o recibe en ocasión de la Navidad y la Epifanía o celebración del día de los Tres Santos Reyes, cuando estos magos de oriente se encontraron con el niño Jesús. Se dice que el aguinaldo tiene su origen en Roma, y constituía un presente o paga extraordinaria en ocasión de la Navidad. Los romanos llamaban al aguinaldo “strenae”, que eran regalos que se intercambiaban en honor a sus dioses como señal de un buen augurio, entre otras tradiciones paganas. La Iglesia Católica toma el aguinaldo del paganismo, que eran costumbres propias de prácticas exteriores y materiales, y los transforma en regalos relacionados con la cristiandad. Los aguinaldos bautismales fueron los primeros de los que se da cuenta, y eran, según escritores del siglo VI, presentes intercambiados entre el bebé bautizado y el ministro de la Iglesia, o los padrinos y madrinas. Más adelante, país europeos fueron integrando el aguinaldo como parte de la tradición navideña.


El aguinaldo también puede trazarse desde el tiempo de los celtas, quienes llamaban al regalo de año nuevo “eguinad” -les suena parecido a aguinaldo, ¿verdad?-. El ”eguinad” respondía a la creencia de que los mejores augurios para un nuevo año son atraídos por obsequios generosos compartidos unos con otros. Seguramente, también por eso muchos celebramos la llegada del año nuevo disfrutando de nuestros manjares criollos, saboreando las doce uvas por cada mes del año, inspirados en la abundancia, y mirando al cielo en oración por la intercesión divina a nuestras intenciones en esta nueva vuelta al Sol de nuestro terruño.


En nuestros países latinos también se comparten productos típicos, como dulces, vinos, cavas, turrones y frutas. En Borinquen compartimos coquito y ponche, arroz con dulce, tembleque y hasta pasteles. También, acostumbramos dar una paga o bono a los trabajadores y a quienes nos sirven bien, como los guardias comunitarios, los servidores públicos que nos mantienen limpias las comunidades y otras personas que, gracias a ellos, se nos hace la vida más fácil.


También tenemos el aguinaldo que se refiere al género musical que originó en el villancico español y aplicaba a las canciones de las gentes de la villas, o villanos. Como resultado de la colonización de Puerto Rico por parte de los españoles, nacen los géneros que se transforman en distintas categorías. Están los aguinaldos jíbaros y los villancicos, que mantienen su nombre original español, pero con una influencia de los cánticos europeos o americanos conocidos como “Christmas Carols”.


Quien conoce bien el aguinaldo jíbaro nuestro, sabe que sin poesía no habría canción. Hay diferentes aguinaldos en Puerto Rico, y no se limitan a la tradición religiosa. Muchos son profanos, otros no son navideños, aunque es en la Navidad cuando sacamos nuestros instrumentos típicos, como el cuatro, la guitarra, el güiro y el bongó, para entonarlos. ¡Los palitos, las maracas y las panderetas también están bienvenidos a la hora de cantar un buen aguinaldo!


Ya sintiendo y disfrutando las brisas delicadas de la Navidad, hagamos gala de nuestra buena música, y obsequiemos con agradecimiento y desprendimiento, como augurio de bendiciones.



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