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  • Foto del escritorEditorial Semana

Bipartidismo colonial: antítesis del agente de cambio


Por: Prof. Luis Dómenech Sepúlveda


“El colmo de la estupidez es hacer siempre lo mismo y esperar nuevos resultados”.(Albert Einstein)


Nadie en su sano juicio debe tan siquiera pensar que el bipartidismo corrupto y colonial de nuestros tiempos, entiéndase el dúo del inmovilismo y el anexionismo, sea capaz de convertirse en el agente de cambio que necesitamos para sacar nuestro país del atolladero, podredumbre y decadencia moral y existencial en que nos encontramos desde 1968 al presente. Ambas colectividades han sido inequívocamente cómplices y responsables absolutos del estancamiento y bancarrota económica de nuestro pueblo al convertirnos en rehenes del capitalismo depredador y corrupto cuyo único objetivo ha sido el enriquecimiento descarado de unos pocos a cuenta de la pobreza de grandes sectores de nuestro pueblo. Ello, mediante el saqueo de la riqueza pública y la privatización de nuestro patrimonio nacional escudados bajo el manto del colonialismo ilegal, inmoral y corrupto que nos tiene colectivamente sentenciados al subdesarrollo y marginación existencial. Ambas colectividades han pretendido moldearnos a imagen y semejanza de la dependencia perniciosa para beneficio absoluto del comercio y el empresarismo amoral y explotador de Estados Unidos.


A todo ello, ya se escuchan los cantos de sirena, las falsas promesas y los discursos inocuos del liderato bipartidista para la campaña hueca y engañosa de 2024. Por supuesto, el bipartidismo cuenta con el apoyo incondicional de las poderosas empresas mediáticas que, en aras de controlar y enriquecerse con las abultadas “recolectas” de campaña, no tienen reparos en cerrar filas con el mensaje engañoso y antipatriótico que caracteriza a ambas colectividades.


Por un lado, el flamante gobernador, Pedro Pierluisi Urrutia, ha comenzado su campaña mediática insistiendo en que “las cosas en Puerto Rico están en su mejor momento”. Semejante mentira solo puede ser digerida por sus propios aduladores e inversionistas políticos que, como aves de rapiña, pretenden seguir enriqueciéndose con los fondos públicos y la privatización de nuestro patrimonio nacional. Aun cuando demócratas y republicanos le siguen cerrando la puerta al clamor de la estadidad, Pierluisi insiste en engañar a su electorado prometiéndole la estadidad con el único objetivo de seguir administrando la colonia.


Por su parte, los apologistas de la dependencia perniciosa y la subordinación política del Partido Popular, están inmersos en una encarnizada batalla por la presidencia y la gobernación de Puerto Rico. Los alcaldes, Javier Hernández Ortiz (Villalba) y Carmen Maldonado González (Morovis), y los legisladores, José Luis Dalmau, Juan Zaragoza y Jesús Manuel Ortiz, han anunciado sus candidaturas para la presidencia y gobernación de Puerto Rico para el 2024. Súmele al joven Pablo José Hernández Rivera, nieto conservador y colonizado de Rafael Hernández Colon, que lanzó su candidatura para Comisionado Residente. Por supuesto, todos ellos desde el discurso y retórica del ELA colonial. El esfuerzo retórico de todos ellos para eventualmente no decir nada ha sido francamente conmovedor.


Por tanto, el bipartidismo colonial está muy lejos de ser el agente de cambio para la solución de nuestro problema histórico.

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