Por: Prof. Luis Dómenech Sepúlveda
“Enloda que algo queda” (refranero pueblerino)
La icónica cita utilizada como título de esta columna se le atribuye históricamente a las conversaciones entre Don Quijote y su escudero, Sancho Panza, mientras éstos cabalgaban por las fascinantes aventuras del Caballero andante. Sin duda, la expresión procura resaltar la valía y significado de aquellos que representan un verdadero escollo para las aspiraciones de los sectores más ambiciosos y codiciosos. Dicho de otro modo, cuando las personas carecen de importancia, nadie los ataca, nadie los difama y mucho menos lanzan lodo y calumnias inflamatorias contra ellos. Cualquier semejanza con el infame comportamiento del anexionismo puertorriqueño es pura coincidencia. Éstos son un fiel reflejo de la consigna maquiavélica “el fin justifica los medios”.
Fieles enemigos del ‘juego limpio’, nadie en su sano juicio puede negar que el anexionismo corrupto y colonial de nuestros tiempos ha sobrevivido políticamente gracias, fundamentalmente, a su compulsiva vocación por la mentira, la demagogia, la difamación y la deshonestidad intelectual. Traficantes del miedo paralizante, el anexionismo se ha refugiado históricamente en la prédica de la estadidad federada para engañar a los incautos y esconder sus propios escándalos de corrupción y su innegable incapacidad para gobernar de forma ética y responsable al atribulado pueblo de Puerto Rico. Atesoran el poder no para servirle al pueblo, sino para servirse del pueblo.
Las injurias contra Juan Dalmau, único agente de cambio y sana administración pública entre los candidatos a gobernador, confirma inequívocamente el pánico existente en los rostros desencajados del renegado liderato anexionista. Saben que Dalmau se ha convertido en el candidato a gobernador de Puerto Rico más atractivo por sus capacidades intelectuales, su Proyecto de Patria Nueva y por su indiscutible credibilidad ante el electorado puertorriqueño. De ahí que pretendan degradarlo con mentiras descaradas a través de los espacios mediáticos. Carentes de un Proyecto de País y, tras haber perdido el 20% de sus votos por su desprestigio histórico, el anexionismo pretende lanzar lodo contra Dalmau al tratarse del líder de mayor simpatías y atractivo electoral de nuestra contienda eleccionaria.
De modo que, el anexionismo colonial apela al miedo paralizante de la Guerra Fría (Fidel, Chávez, Ortega, Díaz Canel, Maduro) no tan solo para demonizar al candidato de mayor arraigo electoral, sino para frenar la fuga masiva de sus propios votos ante su corruptela institucional y el saqueo del tesoro público. Con ello procuran desviar la atención de los verdaderos problemas sociales como son los continuos apagones, la salud pública, educación, criminalidad, carreteras deterioradas, crisis electoral, gentrificación, emigración masiva y su histórica y burda corrupción. Se olvidan de que el único político puertorriqueño que ha recibido dinero venezolano ha sido, precisamente, la exgobernadora anexionista, Wanda Vázquez Garced.
En tanto y en cuanto, todo parece indicar que los rostros del anexionismo se encuentran desencajados ante el inminente triunfo de Juan Dalmau y su Alianza puertorriqueña.
LUMA derrotó a Pierluisi en las pasadas primarias y ahora le toca el turno a Jennifer el 5 de noviembre.
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