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  • Foto del escritorEditorial Semana

¿Cómo nos recuperamos emocionalmente de los eventos adversos?


Por: Dra. Carmen M. Ortiz-Mendoza

Psicóloga Clínica


Muchos aprendimos desde temprana edad a tener un mapa al alcance de la mano durante la temporadas de huracanes. Aprendimos a ubicar la Isla en el mapa y a marcar las coordenadas de los eventos atmosféricos a medida que los iban anunciando en los noticieros. Aprendimos sobre artículos de primera necesidad y planes de evacuación, pero no fue hasta mucho tiempo después que comenzamos a conversar abiertamente del costo emocional que traen consigo los eventos atmosféricos.


Los eventos adversos, como los huracanes, pueden resultar abrumadores. Muchos de los daños ocasionados son fácilmente visibles, pero otros no lo son. Cuando las emociones de eventos adversos del pasado no son gestionadas saludablemente, el panorama puede volverse más complejo. Por ejemplo, enfrentar una situación similar a eventos traumáticos del pasado puede provocar reacciones desproporcionadas a la situación actual impactando la efectividad con la que afrontamos nuestros pensamientos, conductas y emociones actuales.


Siempre nos recomiendan estar preparados, pero hemos aprendido que para estar verdaderamente preparados, necesitamos considerar el componente psicológico. Algunas recomendaciones generales de la literatura sobre este tema incluyen:


• Permita y apoye que nuestros seres queridos gestionen sus emociones saludablemente

• Recuerde mantener un suministro para al menos 10 días de sus medicamentos con el fin de darle continuidad a su tratamiento psiquiátrico

• Manténgase debidamente informado a través de los principales medios de comunicación del País y limite el tiempo de exposición a los mismos

• Lleve a cabo actividades que le permitan mantener la calma y procurar que sus familiares inmediatos se sientan seguros y en control de la situación

• Explique a los menores en un lenguaje simple y sencillo la situación que enfrentamos, escúchelo y aclare sus dudas. Una vez pasado el evento, es normal experimentar emociones como temor, estrés y frustración, entre otras. Algunas respuestas esperadas a eventos adversos incluyen:

• Emociones intensas, variables e impredecibles: sentirse abrumado, ansioso, nervioso, entre otros.

• Cambios en los patrones del pensamiento, reacciones fisiológicas y la conducta: memoria recurrentes, preocupaciones, alteración de los patrones del sueño y alimentación, entre otros.

• Sensibilidad aumentada a factores en el ambiente: las sirenas o sonidos estruendosos provocan ansiedad y reacciones desproporcionadas.

• Síntomas físicos relacionados al estrés: palpitaciones, sensación de ahogo, dolor de cabeza,

molestias gastrointestinales, sudoración, entre otros.

• Cambios en la socialización: aislamiento o abandono de actividades que se solían disfrutar.

Es importante reconocer que no se tiene por qué seguir adelante “como si nada hubiera pasado”. Es un momento adecuado para validar y gestionar las emociones generadas saludablemente. La literatura incluye las siguientes recomendaciones:

• Exprese sus emociones y preocupaciones con alguien de confianza.

• Permítase el tiempo necesario para ajustarse a los cambios físicos y emocionales.

• Facilite que otros se expresen. No necesita resolver sus problemas en ese momento. Evite emitir juicio.

• Sea paciente. Si la persona no está lista para hablar, déjele saber su disponibilidad.

• Identifique su red de apoyo

• Incluya en su red grupos de apoyo comunitarios

• Evite contener sus emociones

• Limite el tiempo que le dedica a los noticieros

• Involúcrese en actividades saludables que le permitan aumentar su habilidad para afrontar el estrés y otras emociones que experimente

• Evite tomar decisiones importantes o trascendentales

• Restablezca o desarrolle nuevas rutinas

• Evite el consumo de drogas y alcohol


Si nota que usted, algún familiar o persona conocida presenta sentimientos persistentes de angustia o desesperanza y se hace extremadamente difícil o imposible llevar a cabo las responsabilidades del diario vivir, consulte o conecte a esta persona con profesionales licenciados de la salud mental. Muchos psicólogos clínicos están adiestrados para ayudar a las personas a manejar saludablemente las emociones relacionadas a experiencias adversas o traumáticas y ayudarlos a seguir adelante.

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