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  • Foto del escritorEditorial Semana

“Dear Governor:”


Por: Jesús Santa Rodríguez


El 14 de julio de 2020, Thomas Von Essen, Administrador Regional de FEMA, Región II, cursó una carta a la entonces gobernadora Wanda Vázquez expresando preocupaciones que ya le había comunicado al jefe de La Fortaleza, Antonio Pabón, y a otros secretarios, resumiendo una reunión sostenida con ellos una semana antes sobre la falta de preparación del Gobierno para manejar un evento atmosférico mayor. Pese al saludo protocolar, “Dear Governor”, el tono de la carta era de urgencia y “extrema preocupación”, pues, en medio de otra temporada de huracanes y con la pandemia del Covid-19 encima, el país, según él, no estaba preparado para enfrentar otro desastre natural.


Lo más preocupante es que, en reiteradas ocasiones, hubo varias conversaciones entre FEMA, Pabón, secretarios y el jefe de la Policía de Puerto Rico. Según el funcionario federal, estos no habían tomado medidas correctivas sobre los serios señalamientos expresados. Von Essen resumió que, durante el verano de 2019, FEMA había realizado una evaluación de las necesidades e identificado recursos para dar apoyo en el manejo de un desastre causado por un evento atmosférico. Después de las recomendaciones, adiestrar y destacar recursos para acometer estos objetivos, nada pasó. Para entonces, no estábamos bajo la emergencia de la pandemia.


Entre las observaciones resaltadas en esta funesta carta, se enumeran serios incumplimientos por parte del Gobierno en torno a la preparación y respuesta estatal en el caso de un huracán, específicamente, la falta de recursos humanos entrenados para ocupar posiciones dentro del centro de Operaciones de Emergencia -muchos de los ya entrenados por FEMA se había marchado, pues no tenían instrucciones ni deberes que ejecutar-, y había incertidumbre sobre su disponibilidad luego de estar un año en suspenso. Tampoco se había llevado a cabo un nuevo proceso de calificación de recursos a contratar.


Asimismo, aquellos especializados para realizar las contrataciones necesarias previas a un evento ni posterior a éste habían sido transferidos a la Policía, a pesar de que es el Gobierno, a nivel estatal, el único organismo con la facultad de contratar trabajos de emergencia en respuesta a un evento, según los reglamentos y leyes federales. El Gobierno tampoco diligenció retener o sustituir 900 generadores eléctricos que FEMA había facilitado durante el huracán María en caso de otro desastre.


A estos serios señalamientos de 2020 -que sumaban ocho, más subtítulos-, Pabón, desde La Fortaleza, respondió escuetamente que el Gobierno mantenía una buena comunicación con FEMA como un “buen equipo”, minimizando las urgentes observaciones de Van Essen.


Han pasado más de dos años desde la carta de 2020. La fatídica respuesta de todos los organismos públicos locales ante el paso de Fiona ha demostrado que para enfrentar, manejar y administrar un desastre, se necesita mucho más que eufemismos. Hoy, nos encontramos en medio de otra emergencia nacional. Cabe preguntarnos quién está en control haciendo nota de los errores que ya se han convertido en norma y delineando un plan estratégico para evitar tropezar con ellos nuevamente, “Dear Governor?”

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