top of page
Buscar
  • Foto del escritorEditorial Semana

Debut de sentimientos en nuestro retorno al béisbol Doble A


Por: Julio César Osuna Guzmán


Este espacio lo asumiré como uno institucional dentro de este semanario en los siguientes escritos. Sin embargo, hoy pediré excusa y lo asumiré como uno personal dentro de mi función como apoderado de los Criollos de Caguas del béisbol Doble A y en referencia a lo vivido el pasado 12 de febrero. El béisbol ha sido el motor primario de mi vida adulta, deportiva y profesional. En el formé mis principales valores y sobre él desarrollé disciplina y perseverancia. He pasado por todas sus facetas. Desde pelotero aficionado, profesional, coach y ahora apoderado de una franquicia en el pueblo que me vio crecer. Los últimos años de mi vida han estado marcado por una montaña rusa de emociones. Algunas felices y otras complicadas. El pasado domingo al entrar al Estadio de Cayey todos esos momentos pasaron como una película por mi mente. Recordé a uno de mis mentores, Raúl Núñez, que recientemente falleciera luego de una dura batalla contra el cáncer, siendo él quien me brindara la oportunidad de acompañarle como coach en la pelota dominguera. A Raúl le debo mucho, pero entre todo, esa capacidad de tener siempre una sonrisa disponible, aunque me convoque en algún momento una lágrima.


El “Left Field” del estadio Pedro Montañés fue el instante más dramático. Allí vi el número retirado de mi amado padre, Julio (Tito) Osuna. ¡Qué momento! Sentía al caminar rumbo a la verja, que una bohemia de las suyas, me acompañaba haciéndome sentir que estaba disfrutando mi debut en la nueva faceta y que reía de felicidad al saberme de nuevo en un parque de pelota. Mi viejo, que Dios lo tenga en la Gloria, fue y ha sido mi inspiración y ese día no hubo espacio en mi ser que no sintiera el más profundo agradecimiento. Agradecimiento por el fabuloso padre que fue, pero más aún por el ser humano que exhibió toda su vida. Ese agradecimiento extendido lo vivieron con igual intensidad mis amados hermanos Cesar, Brenda y Leonardo. Mi compañera de vida, Damaris Rodríguez, como siempre, estuvo ahí para darnos el apoyo y la fuerza para sostener tanta sensibilidad compactada en un breve instante, sin derrumbarnos.


Esa escolta sentimental dio paso para mí a la inauguración del béisbol Doble A, donde un equipo nuevo se midió al mejor equipo del país, los campeones nacionales Toritos de Cayey. Nuestra novena lució como si llevara años practicando y jugando de manera conjunta. Dimos el nivel y la motivación de ese día nos acompañará el resto del torneo. Fue el mejor presagio de que habrá Doble A en Caguas para rato y con resultados inesperados a corto plazo.


No puedo dejar pasar la oportunidad para agradecer al apoderado de los Toritos de Cayey, Alberto Rivera, por la excelente hospitalidad y gallardía deportiva. A ese ídolo nacional y mundial, Juan (Igor) González, porque siempre ha sido un caballero. A mi equipo de trabajo liderado por ese extraordinario Dirigente Edwards Guzmán, solo me queda felicitarle porque los frutos se van sintiendo. Nada de lo logrado podría ser posible sin que auspiciadores, fanáticos y las instituciones de gobierno comandadas por el Municipio de Caguas, nos dieran tan rotundo respaldo. En el fortalecimiento de esta institución estará el reto permanente de convocarnos desde la diversidad de perspectivas, sin olvidar a quienes nos precedieron y nos dieron la honra de servir de motivación y estructura para lo que aspiramos siempre, aportar a nuevas generaciones a seguir forjando su futuro con mentalidad definida.


Criollos de Caguas, una nueva historia con propósito social y deportivo.

3 visualizaciones
bottom of page