Editorial Semana
Declaración Universal de Derechos Humanos 1948

Por: Aida Mendoza Rivera
El mundo busca la paz desde sus orígenes y por eso surgen documentos en favor de todos los seres vivos.Ante el quehacer de la igualdadad de todos se establecen los derechos humanos, que les pertenecen a las personas porque nacen y existen. Son aquellos mediante los cuales se reconocen las garantías esenciales para que podamos vivir como seres humanos, independientemente de la edad, raza, color, sexo, orientación sexual o identidad de género, nacimiento, origen o condición social, impedimento físico o mental, creencias políticas o religiosas, etc. Por esto, se consideran derechos universales, a los cuales las personas no pueden renunciar, y tampoco se pueden negociar. Precisamente porque están atados a la persona y no se le pueden negar, se dice que son inherentes.
Los derechos humanos son de naturaleza moral, lo que significa que existen sin que sea necesario crear normas o leyes que los establezcan. Sin embargo, hay documentos internacionales y leyes que reconocen esos derechos. Para 1948, la nueva Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se había apoderado de la atención del mundo. Bajo la presidencia dinámica de Eleanor Roosevelt (viuda del presidente Franklin Delano Roosevelt, defensora de los derechos humanos por derecho propio y delegada de Estados Unidos ante la ONU), la Comisión se dispuso a redactar el documento que se convirtió en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). Roosevelt, a quien se atribuyó la inspiración del documento, se refirió a la Declaración como la Carta Magna internacional para toda la humanidad. Fue adoptada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.
Primera dama de los Estados Unidos de América de 1933 a 1945, Eleanor Roosevelt fue nombrada, en 1946, como delegada a la Asamblea General de las Naciones Unidas por el presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman. Se desempeñó como la primera Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y desempeñó un papel fundamental en la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos. En un momento de crecientes tensiones Este-Oeste, Eleanor Roosevelt usó su enorme prestigio y credibilidad con ambas superpotencias para dirigir el proceso de redacción hacia su finalización exitosa. En 1968, recibió póstumamente el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Los países miembros de las Naciones Unidas se comprometieron a trabajar juntos para promover los 30 Artículos de los derechos humanos que, por primera vez en la historia, se habían reunido y sistematizado en un solo documento. En consecuencia, muchos de estos derechos, en diferentes formas, en la actualidad son parte de las leyes constitucionales de las naciones democráticas. El texto completo de la DUDH fue elaborado en menos de dos años. En un momento en que el mundo estaba dividido en un bloque oriental y otro occidental, encontrar un terreno común en cuanto a lo que sería la esencia del documento resultó ser una tarea colosal.
La DUDH marca un hito. Por primera vez, el mundo tenía un documento acordado globalmente que señalaba que todos los seres humanos son libres e iguales con independencia de su sexo, color, creencias, religión u otras características.
Los 30 derechos y libertades contenidos en la DUDH incluyen el derecho a no ser sometido a tortura, el derecho a la libertad de expresión, el derecho a la educación y el derecho a buscar asilo. La Declaración Incluye derechos civiles y políticos, como los derechos a la vida, a la libertad y a la vida privada. También incluye derechos económicos, sociales y culturales, como los derechos a la seguridad social, la salud y a una vivienda adecuada.
El poder de la Declaración Universal es el poder de las ideas para cambiar el mundo. Nos inspira para continuar trabajando y así garantizar que todas las personas puedan lograr la libertad, la igualdad y la dignidad.