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El 2 de noviembre se celebra tradicionalmente el Día de los Muertos, Día de Difuntos, o Día de los Fieles Difuntos, para honrar y conmemorar a los difuntos fieles de la religión católica y cristiana. Según el portal de Internet diainternacionalde.com, el monje benedictino San Odilón, de Francia, instituyó esta efeméride en el año 998. Roma la adoptó en el siglo XVI y, posteriormente, se difundió en todo el mundo.
Este es un día festivo religioso celebrado por algunas iglesias cristianas (Ortodoxas Occidentales, Unión de Utrecht, Comunidad de Provoo, Comunión Anglicana e Iglesia Católica), en memoria de quienes han fallecido. Tiene como finalidad orar por los fieles que han muerto y por aquellos que se encuentran en estado de purificación en el Purgatorio, de acuerdo a la religión católica.
Dicho portal cibernético añade sobre esta ocasión:
“Esta celebración se sustenta en la doctrina que establece que al morir las almas de los fieles no han sido limpiadas de pecados veniales, o bien no han sido expiadas por trasgresiones del pasado. Debido a que dichas almas no pueden alcanzar la Visión Beatífica, se realizan rezos y el sacrificio de la misa..Durante este día los creyentes ofrecen sus oraciones o sufragios, sacrificios y la misa para que los fieles difuntos lleguen a la presencia de Dios”.
Además, es un día en el que familiares y seres queridos acuden a los cementerios para visitar a los difuntos y llevarles coronas y cruces elaboradas con flores naturales o artificiales. Igualmente dedican misas o servicios religiosos en su memoria, como es el caso de Puerto Rico y países de América Latina. En otros, incluso, se hacen cenas familiares o reuniones donde se comparten alimentos, degustan frutos y bebidas y narran anécdotas de la persona fallecida.
Específicamente en México, el Día de los Muertos constituye una celebración tradicional que se lleva a cabo durante los días 1 y 2 de noviembre, con ciertas variaciones en las costumbres y tradiciones en cada estado. Se vincula a las celebraciones católicas del Día de los Fieles Difuntos y el Día de Todos los Santos.
En la misma son comunes símbolos como: la calavera, que se representa en calaveras de dulce; el Pan de Muerto o pan de anís en forma de huesos y cráneos, y altares adornados con ofrendas florales, fotos y pertenencias de seres queridos, una cruz e incienso, una y copal para limpiar las energías. Además, se coloca la imagen de las Ánimas del Purgatorio con 12 velas, calabaza en tacha, papel de sedad y bebidas favoritas del difunto o juguetes, si es un niño o niña que ha fallecido.
Esta tradición fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de México, cuya celebración se extiende a otros países latinoamericanos como Ecuador, Perú, Bolivia, Guatemala y otros países de América Central y América del Sur.