Editorial Semana
El espíritu combativo de la juventud de Savarona

Por: Juan Ilich Hernández
Si de algo hemos sido todos participes, es que la tasa poblacional, tanto a nivel Isla como local ha ido en descenso. Donde más se refleja esta problemática social es en la juventud la cual hoy se encuentra en un estado de emergencia y crisis existencial alarmante. Traigo este dato a colación, debido a que, si observamos nuestro alrededor, hallamos que no hay actualmente una alta actividad juvenil en el país desde mucho antes que aconteciera el fenómeno pandémico del COVID-19. Siguiendo esta línea de pensamiento, puede corroborarse nuevamente, que, en las últimas métricas revaluadas del Censo para el primero de abril del 2020, ya la tasa juvenil estaba en declive con un 24 % de la población.
Las presentes indicaciones nos demuestran, que no solo hay una merma en la tasa de natalidad y juvenil en el país, sino también de su participación en el campo del capital cultural. Ahora bien, aun suscitándose la rampante destrucción, deterioro y cierre de los pocos espacios de encuentro y fraternización que de por sí en la Isla existen como son las canchas, parques de recreo o centro comunales; nuestros jóvenes no tienen hacia donde ir.
Tomando este precedente como eje de análisis y reflexión, la acción social- comunitaria ha sido la respuesta y punta de lanza para llevar a cabo los reclamos no solo de los jóvenes, sino también de los componentes de esa comunidad. Mediante el ejercicio reflexión- acción, la juventud de la comunidad de Savarona en Caguas ha ido proactiva y progresivamente retomando sus espacios para masificarlos, vía el deporte. Sin embargo, si nos remontamos hacia los inicios de la construcción del barrio “Sabor y Aroma” (Savarona) desde el 1912 encontramos que esta de alguna manera estuvo bajo conflictos geoespaciales por las comunidades aledañas. Este dato histórico aun hoy permanece latente entre las comunidades circundantes y la misma comunidad.
Al brindarse este tipo de luchas psicosociales y comunitarias, tanto a nivel macro como microsocial se hace más que necesario el trabajo de base el cual descansa en la organización sociopolítica. En efecto, ha sido el ejercicio de la acción social vía la movilización, que los jóvenes de Savarona entre otros esfuerzos que la juventud nuevamente tomó las riendas para reconstruir el concepto comunidad. Destacamos esto, puesto que este debe ser trabajado en términos teórico- prácticos como apertura o inclusión hacia la diversidad social que nos atraviesa a diario. Por tal razón, es que el fin de esta acción social- comunitaria aparte de denunciar y concienciar a las masas, también busca rescatar el sentimiento de arraigo el cual técnicamente está yéndose a la deriva.
Queda evidentemente claro, que han sido los intereses económicos- políticos, los que han intentado destruir la identidad comunitaria, las prácticas culturales y las mismas emociones que caracterizan a la comunidad de Savarona. La mejor representación de estos sutiles ataques son la eliminación del Parque de la calle Monseñor Berríos, el intento del cierre del Parque de Béisbol de los Criollos y el cierre intermitente del Centro Comunal.
Así que, es gracias al espíritu combativo de los jóvenes de Savarona y junte de otros esfuerzos el que se haya podido poner en ejecución el rescate organizativo de su gente, vía el deporte. Por ello es que se hace menester el llamado de sus reclamos como es el de facilitarle su propio espacio para el recreo, entre otros aspectos que sigan promoviendo el sentimiento de pertenencia en la comunidad.