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  • Foto del escritorEditorial Semana

El imperio también se impone en el béisbol


Por: Prof. Luis Dómenech Sepúlveda


Como dato histórico, desde la Doctrina Monroe en 1823 (“Destino Manifiesto” y “América para los americanos”), los estadounidenses se autoproclamaron dueños y custodios no solamente de América sino también del mundo que nos rodea. Desde entonces se abrogan la titularidad no solo del gentilicio ‘americano’, sino también del derecho de reprimir a todos sus detractores ideológicos en materia de geopolítica, visión del mundo y política exterior hasta convertirse en imperio intervencionista. Es decir, los ‘americanos’ son únicamente ellos mientras los demás países de América son sencillamente chilenos argentinos, brasileños o colombianos. Esa insistencia imperial de controlar, dominar y monopolizar todo a su alrededor incluye, por supuesto, el béisbol de Grandes Ligas. De ahí que pretendan controlar y manipular el Clásico Mundial de Béisbol para acomodarlo a su imagen y semejanza.


Conviene recordar algo de historia. El Béisbol de Grandes Ligas fue creado en 1876 bajo el nombre de Liga Nacional. Posteriormente, en 1901, surgió la Liga Americana y, a partir de 1903, ambas ligas acordaron celebrar una serie entre los dos campeones de liga bautizada desde entonces bajo el nombre de “Serie Mundial”. Naturalmente, por aquello del “Destino Manifiesto y América para los americanos”. Cabe recordar, igualmente, que durante los primeros 70 años de Béisbol de Grandes Ligas, se impuso la infame segregación racial para resaltar la supremacía blanca obligando a los afrodescendientes a formar sus propias ligas de béisbol. Como nota curiosa, los expertos sostienen que la mayoría de los peloteros de las Ligas Negras, incluyendo puertorriqueños y cubanos, eran sustancialmente superiores a muchos peloteros anglosajones. Muchos de ellos jugaron en la Liga de Puerto Rico estableciendo marcas adelantadas a los tiempos. No fue hasta 1947 que se logró romper la barrera interracial con la llegada de Jackie Robinson a los Dodgers de Brooklyn logrando el título de Novato del Año.


Nadie puede negar que el Béisbol de Grandes Ligas es, absolutamente, el de mayor calidad competitiva a nivel mundial con la participación de mega peloteros latinoamericanos, caribeños y asiáticos. Sin embargo, pretenden controlar, manipular y monopolizar el béisbol del resto del mundo imponiéndole su propias reglamentaciones, condiciones y limitaciones a las ligas invernales y asiáticas. Incluso, deciden qué peloteros nativos y/o prospectos estadounidenses pueden o no jugar en las ligas invernales. Igualmente imponen los parámetros y condiciones de los estadios, camerinos y el método del pago de salarios de los jugadores estadounidenses. Además, derogaron la prerrogativa de los prospectos puertorriqueños de manejar su propio sorteo para jugadores de nuevo ingreso. Ahora tienen que competir con los colegiales estadounidenses.


De modo que, su instinto imperial se refleja, incluso, ante el control absoluto que ejercen sobre el Clásico Mundial de Béisbol: (1) No solamente fueron ellos los que decidieron qué jugadores podían jugar con Cuba, sino que los enviaron a jugar a Taiwán (2) limitaron la frecuencia, cantidad de lanzamientos y entradas de los lanzadores y, (3) agruparon a los equipos participantes para su propia conveniencia económica, publicitaria y competitiva.

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