Por: Myrna L. Carrión Parrilla
Siguiendo las noticias de estos días, además de los lamentables sucesos relacionados a la corrupción y al crimen, los asuntos relacionados al cambio climático, la advertencia de interrupciones eléctricas y el reto de la escasez de alimentos en el mundo entero, han sido temas todos que requieren pongamos atención y tomemos acción. Sobre estos temas comparto mi reflexión.
Lamentables sucesos surgieron en nuestras comunidades en los pasados días, los cuales sembraron temor e inseguridad entre nuestra gente.
Calles acechadas por aquellos que destruyen vidas, pues matan con la droga a unos y asesina por la droga a otros. Resultado de un cambio social que debemos enfrentar, cambio de valores y prioridades que requiere de todos para enmendar.
El clima con temperaturas cada vez más altas, fue tema y las agencias a cargo de suplirnos la energía eléctrica pidieron que bajemos el consumo y advirtieron que habrá interrupciones de los servicios.
Me pregunto, hasta cuando estaremos sin aprovechar nuestros recursos principales como lo es el sol o si lo que queremos, en continuar en el medio de esta lucha de quién tiene la culpa y mientras, el pueblo pasando sofocones y malos ratos por falta de luz.
Algo que lleva tiempo advirtiéndose vuelve a ser noticia, la escasez de alimentos. Hace tiempo se nos ha advertido sobre esto y ahora la guerra entre Rusia y Ucrania lo ha acentuado. Recordemos que como una isla que somos, todo lo que no produzcamos debemos importarlo, por lo que esto debe ser tema tanto de discusión general como de acción individual.
Además de todas estas noticias y para completar, se habló sobre una discusión que se está dando entre legisladores en el Capitolio federal, el tema de años, la definición del estatus de Puerto Rico. Mucho tiempo y recursos se han dedicado a este asunto, sin embargo, hay quien asegura que hasta que no definamos cuál es el país que queremos, será difícil lograr un consenso de hacia dónde vamos.
¿Cuál es el país que queremos? Esa es la verdadera definición y nos toca a nosotros hacerlo, pues nadie se casa con quien no está claro de sí mismo. Antes hablar de unirnos, asociarnos o encaminarnos, definamos lo que queremos, pues si nos escuchamos como país nos daremos cuenta, que en la mayoría de las cosas, no estamos alineados. Que los retos que enfrentamos son nuestros y sólo a nosotros nos tocará resolverlos.