Por: Jesús Santa Rodríguez
Quienes tenían duda del derrotero del Partido Nuevo Progresista (PNP) hacia lo más profundo de una cuneta, ya no la tienen. Recordemos que el PNP es la institución que gobierna el país. Su comisionada residente, Jenniffer González, ahora propone dirigir nuestro destino político, económico y social, y es la misma persona que hace anuncios políticos diciendo que “es madre” y que “busca un mejor futuro para Puerto Rico”. La pregunta es, ¿qué opinan los familiares de Jenniffer González sobre las vulgaridades que se vieron en la asamblea del PNP que ella lideró este pasado domingo? ¿Qué pensarían sus hijos, los compañeros de estos y sus padres, de estar ellos en edad escolar? ¿Qué piensan sus líderes religiosos de este despliegue zafio?
Desde el mensaje grosero proyectado en una pantalla lumínica gigante, lesivo para cualquier persona decente, hasta el remeneo y otras expresiones chabacanas de la candidata a la gobernación del PNP al arribar a esa asamblea -donde se dice fueron bajo amenaza miles de empleados públicos- demostró el desprecio a sus propias huestes. Jenniffer González fracasó en no plantear las propuestas programáticas para encaminar a Puerto Rico a un mejor derrotero. No proyectó respeto, seriedad ni el temperamento requerido de un líder. El mensaje fue claro: “Puerto Rico no nos importa, porque lo que vale es la vulgaridad y la bachata”. No sorprende que la gente, indignada, se marchara por los cientos.
A 45 días de las elecciones, es evidente la desesperación y el miedo de Jenniffer González suplicando por el voto de los populares, colectividad que se ha ido solidificando detrás de su candidato a la gobernación, Jesús Manuel Ortiz y los demás aspirantes populares que, en contraste, superan por mucho en pulcritud, preparación y compromiso a quienes desfilaron por aquella fiesta de disfraces endosando abiertamente lo ordinario y barato.
Habrá que ver qué mensaje han recibido de Jenniffer González los miembros del gobierno y el Congreso de los Estados Unidos con este despliegue tan bajuno. ¿Es esa la estirpe de políticos que pretende sentarse con la próxima presidencia y el Congreso para representar a nuestro país? De estar vivos líderes como Barbosa, Ferré, Carlos Romero y otros, ¿qué les hubiera parecido ser testigos de tanta vulgaridad?
No cabe duda de que Jenniffer González y sus líderes apostaron a que la chabacanearía les ganaría algunos votos, dejando en claro que no se ponen de acuerdo sobre LUMA, la salud, la criminalidad, la transparencia en el desempeño público ni sobre la estadidad que tanto han prometido a sus seguidores. Solo están de acuerdo en subestimar la inteligencia de nuestros jóvenes, la dignidad de la clase media trabajadora, y el respeto por nuestros adultos mayores y las decenas de miles de personas serias de este pueblo. Por el respeto a sus hijos e hijas, a sus compañeras y compañeros de trabajo, a sus padres, madres y abuelos, miles se marcharon de esa asamblea antes de que la candidata comenzara su mensaje hueco e insolente, porque antes de hablar ya había dicho demasiado.
Comments