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  • Foto del escritorEditorial Semana

Emotivo homenaje a Pistola Rivera


El apoderados de los Caguas Criollos, Pedro Janer, le rinde homenaje a Pistola Rivera y Yaribeth Morales

Por Jorge L. Pérez/JPG Media Group

Fotos Pepo Pereira/Municipio de Caguas


Hay quienes piensan que Esteban ‘Pistola’ Rivera, el legendario exreceptor cagüeño, debe su apodo a la potencia de su brazo y su habilidasd para fusilar corredores.


“Yo sí tenía un buen brazo”, recordó recientemente, “porque era atleta: había tirado el disco, la jabalina...”.


“Pero lo de Pistola no viene de ahí”, dijo. “Lo que sucede es que, de niño, con cinco o seis años, tenía de amigo a Frankie Narváez -quien luego sería un ilustre boxeador profesional- y yo me pasaba jugando con una pistolita de esas, de fulminantes, y disparándole a todo el mundo”.


“Y Frankie me empezó a llamar ‘Pistolita’... desde esa edad me empezaron a llamar Pistola”.


Esteban tuvo una larga y gloriosa carrera como pelotero en la Doble A, jugando 29 años -25 de ellos con los Mulos de Juncos, donde ganó tres campeonatos como jugador y otros tres como ‘coach’.


Su promedio de por vida de .368 es uno de los más altos de todos los tiempos, siendo él además el quinto bateador en llegar a los 500 hits en su carrera y el segundo en llegar a los 600.


“Yo iba para los 700 y terminé con 684 porque tuve una lesión en la rodilla y me tuve que retirar, pero hubiera podido seguir jugando: en mi última temporada, que fue con Aibonito en 1987, terminé bateando .348”.


Pero su carrera tuvo un final amargo: “Ese año yo tuve un tiempo también como dirigente interino y llevé al equipo, que tenía marca de 1-7, a un récord de 6-1”, dijo.


“Cuando se lo entregué al dirigente, teníamos marca de 7-8 y parece que, para no sentirse amenazado, entonces me botó del equipo, algo que los demás peloteros no entendieron”.


De ahí en adelante, recordó también, “Aibonito no ganó un juego más, cuando la temporada era de 28 juegos, y a él terminaron botándolo también”.


En fin, Pistola Rivera, que también jugó con el equipo nacional, terminó siendo exaltado al Salón de la Fama del béisbol Doble A.


Pero sigue ligado al béisbol: el año pasado dirigió en la Clase A al equipo de los Caguas Criollos, donde jugó su hijo Esteban Rivera, también receptor.


“Pero yo he estado ligado a la Clase A por muchos años, aunque mayormente como apoderado”, dijo.


Este año, por encontrarse dirigiendo en Turabo Gardens al equipo de 7-8 años donde juega su nieto, Sebastián Caleb, Pistola no regresó con los Caguas Criollos, auspiciado por el Municipio de Caguas, aunque sigue ayudando -por lo menos en las prácticas- al equipo del apoderado Pedro Janer, dirigido ahora por Alejandro Rivera.


En efecto, el pasado domingo 6 de agosto, como parte de un doble juego de los Criollos contra los Indians de Caguas en el parque Manolito Sullivan del Complejo del Este, aunque eventualmente los juegos se suspendieron por lluvia, Janer y su equipo le hicieron un reconocimiento especial tanto a Pistola como a Yaribeth Morales, “por su compromiso con la fabricación de uniformes deportivos en nuestro país”.


La placa dc reconocimiento a Pistola lee: “En reconocimiento por su destacadaq labor en bienestar de la Juventud Criolla en nuestro paíos Criollos le piden salud y bendiciones al Creador para que continúe con su faena.

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