Por: Jesús Santa Rodríguez
El pasado fin de semana se llevó a cabo la convención del Partido Popular Democrático (PPD) en Ponce, y la participación y las muestras de desprendimiento de muchos de sus líderes hicieron quedar muy mal a los pitonisos que apostaban a la baja asistencia.
Ya al medio día, por medidas de seguridad, el hotel no permitió la entrada a más participantes. Este evento, que estuvo matizado por la incertidumbre de la renuncia del alcalde anfitrión -quien eventualmente dimitió a su cargo en el fin de semana-, readquirió visibilidad por mérito propio, derrotando los pronósticos de los adversarios políticos que anticipaban una actividad desabrida y desierta.
Contrario a lo que el Partido Nuevo Progresista (PNP) experimenta con sus aspirantes a la gobernación, los candidatos a puestos electivos del PPD compartían fraternalmente en medio de una asistencia a capacidad. El ánimo era de júbilo, aun en medio de la primaria para la gobernación y otros puestos electivos. Los aspirantes de este evento, lejos de embarcarse en ataques de odio y difamación, compartieron la tarima de la Asamblea con respeto, y cada cual expresó su mensaje político y propuestas sobre sus aspiraciones para un Puerto Rico mejor, con planes para un sistema de salud más adecuado para los puertorriqueños, así como mayor seguridad y una educación de calidad superior.
En contraste, el clima de división y contención del PNP quedó claramente evidenciado. No solo se revelaba que el hijo del gobernador lleva años gozando de privilegios beneficiándose de negocios en el área de Guánica con construcciones ilegales en una zona de dominio público. También, surgieron denuncias de irregularidades relacionadas con los votos por adelantado por parte de los equipos de campaña de sus aspirantes a la gobernación. En medio de estas imputaciones, en un evento con funcionarios de su partido, Pedro Pierluisi anunció su “conversión” al Señor.
Respetamos que las personas deseen abrazar una fe. No obstante, es sabido que para los cristianos la conversión verdadera no se perfecciona durante un evento político. Para el mundo cristiano -y también para el secular- es inevitable evaluar las expresiones del gobernador con cuidado y sensibilidad. Alcanzar la conversión es producto del bautismo, la fe, la introspección y la transformación en la adultez, no del apasionamiento, las presiones externas o para desviar la atención de asuntos públicos.
En resumen, en solo dos días se confirmó el carácter institucional del PPD, que compartió con camaradería una convención en medio de múltiples primarias y se solidificó, gracias al desprendimiento de sus líderes. En esos mismos dos días, los aspirantes a puestos electivos del PNP mostraron sus prebendas y la fractura institucional. Esto nos da una instantánea, no solo del carácter de los líderes de ambas instituciones políticas, sino de su temperamento.
Toca al pueblo elector hacer el inventario de desaciertos de los pasados años en manos del liderato beligerante del PNP, enfocado en sacarle beneficio personal a los recursos que son del pueblo. También, hay que observar aquellos que tendrán la facultad de administrar nuestros bienes y recursos durante cuatro años, a partir de 2025 y escoger aquellos que mejor nos representarán.
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