Por Jorge L. Pérez/JPG Media Group
Fotos Pepo Pereira/Municipio de Caguas
Aunque no recuerda la fecha exacta, Evangelista Cotto sí tiene muy claro el momento y la razón por la cual él y su hermano, Miguel Cotto, padre, decidieron convertirse en entrenadores de boxeo.
“Recuerdo que fue en el verano de 1989 -ahora se cumplen 35 años- porque yo trabajaba entonces en la industria farmacéutica y en el verano era cuando se detenía todo, y yo tenía tiempo libre”, dijo recientemente.
“Y ya para entonces mis sobrinos mayores estaban deseosos de que los llevaran a un gimnasio de boxeo”.
Estos fueron los hermanos Juan Miguel, José Miguel y Miguel Cotto, y el primo de ellos, José Juan.
“Nosotros los llevamos al gimnasio Cheo Aponte, que entones estaba en el Solá Morales”, agregó, “y fuimos con ellos porque queríamos aprender también”.
“(Mi hermano y yo) veníamos del Cheo Aponte pero queríamos tener nuestro propio gimnasio, que iba a ser en la barriada Bunker en Caguas”, dijo Evangelista, “pero mientras que lo habilitaban, estuvimos un tiempo entrenando en el Bairoa con Julián Delgado”.
“Me acuerdo que él se pasaba diciéndonos, “¿pero por qué no se quedan?” y eventualmente le tomamos la palabra porque el gimnasio del Bunker nunca lo pudimos utilizar: no sabíamos que estaba en tierra inundable y vino una inundación y lo destruyó todo”.
Miguel Angel padre se convirtió en uno de los líderes de la Federación de Boxeo, pero, al retirarse Julián en 1993, Evangelista heredó el Bairoa, uno de los gimnasios más legendarios de la Isla.
“Y Junito (Miguel) empezó a entrenar como aficionado más o menos para ese año”, agregó.
José Miguel (1996) y Miguel (2000) representaron a Puerto Rico en los Juegos Olímpicos, y Miguel, claro, se convirtió en una leyenda viviente, coronándose en cuatro divisiones distintas como profesional y siendo exaltado al Salón de la Fama del Boxeo Internacional.
Entretanto, Evangelista ha seguido en el Bairoa, que nunca ha sido un gimnasio municipal.
“Siempre lo he hecho sin cobrar ni un centavo, como trabajo voluntario”, dijo Evangelista, quien trabaja por su cuenta como electricista.
“Pero sí recibimos ayuda, tanto del municipio como de la empresa privada”.
No hace mucho, el municipio costeó los materiales para la instalación de un piso nuevo en todo el gimnasio, y, actualmente, tres compañías -Maderas 3 C, Ace Caguas Commercial y Lanco- donaron los materiales para, entre otras cosas, remodelar los baños.
“Caguas Commercial nos dio los inodoros y todo, Maderas 3 C las losas y Lanco el sellado del techo”, dijo.
“El trabajo lo estoy haciendo yo mismo, poco a poco”.
Entretanto, Evangelista, quien fue el manejador y entrenador de Miguel Cotto durante la primera parte de su carrera, sigue reconociendo a aquellos que lo acompañaron en sus inicios como entrenador: Julián, fallecido en 2021, y Miguel Cotto, padre, fallecido en 2010.
Evangelista lleva varios años organizando los torneos aficionados Julián Delgado y Miguel Cotto, padre, celebrándolos en marzo y noviembre, respectivamente.
“Este año no pudimos celebrar el Julián Delgado, pero ya estamos preparándonos para el Cotto, padre”.
Ambos son torneos nacionales de boxeo aficionado, de varios días de duración, y se han celebrado en centros comerciales (Las Catalinas, Caguas Centro) o en el propio gimnasio Bairoa.
Pero, por todo este esfuerzo, Evangelista, natural del Barrio Hormiga y aun residente de Caguas, nunca ha recibido un reconocimiento, mientras que Julián Delgado pertenece al Pabellón de la Fama de Caguas.
“Pero yo prefiero que sea así”, dijo.
“A mí todas esas cosas me dan pachó”.
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