Redacción Editorial Semana
Aunque siempre tenemos la tendencia de planificar eventos importantes como vacaciones, cumpleaños, graduaciones y reuniones familiares, tendemos a quedarnos cortos y cortas a la hora de preparar nuestro propio funeral. A continuación, usted podrá identificar tres errores comunes a la hora de planificar sus actos fúnebre. También aprenderá a evitarlos.
1-) No planificar un servicio fúnebre por adelantado– Miembros de la familia tienden a planificarlo rápidamente, mientras experimentan estrés y emociones difíciles. Planificarlo por adelantado elimina este inconveniente y da más tiempo a guardar luto, además de que permite asegurar que sus últimos deseos se cumplan (el cementerio o cremación, lecturas, servicio de alimentos y arreglos florales).
La planificación permite un proceso más privado, proveer espacio para las ideas y conversar, de manera que pueda comenzar a explorar cómo desea ser recordado(a). Un coordinador o coordinadora puede ayudarle con su lista y establecer por escrito sus deseos. Ello le dará paz mental en la medida en que sus preferencias se honren.
2-) No documentar ni compartir sus últimos deseos o última voluntad– Quizás ha pensado cómo serían sus exequias fúnebres o velatorio. También, detalles como qué le gustaría llevar y qué canciones te gustaría interpreten. Pero si no se documentan ni comparten, ¿quién lo sabrá?
Algunas personas les gusta discutir sus deseos con familiares o amistades, pero no los escriben. Otras podrían escoger solamente el sepelio o cremación, pensando que es todo lo que necesitan. Los miembros de la familia no podrán recordar lo que indicó que desea y estar en desacuerdo en lo que entienden que usted quiere. Planificar permite confirmar toda preferencia y dar a conocer las mismas a miembros de la familia. Además, eliminar la confusión y quitarle presión a su familia.
No olvidar un detalle importante: decir a la familia el nombre de la funeraria donde usted hizo los arreglos, de manera que sepan a quién contactar cuando llegue el momento final.
3-) No pagar por adelantado– Además de permitirle tiempo para formular sus últimos deseos y eliminar el estrés en la familia, planificar permite ahorrar dinero. Como los costos fúnebres aumentan con el tiempo y pagarlos por adelantado permite encerrar los precios locales en muchos artículos.
Por ejemplo, si usted planifica una celebración de vida y escoge un ataúd que cuesta $2,000 (aún si no lo necesita por 20 años), usted tiene un precio de garantía. No importa cuánto aumente el precio, no pagará más del precio original. Lo más importante, un plan prepagado ayuda a asegurarle a la familia que no correrá con los gastos. Aún si usted planificó pagar los gastos fúnebres a través de un seguro de vida, esos fondos pueden tomar semanas o meses para que se hagan disponibles.
Se espera que el pago se realice al momento del servicio, y no todas las familias tienen miles de dólares en efectivo a la mano o una tarjeta de crédito para que pueda ser cargado. Por otro lado, planificación significa menos preocupación o apuros por el dinero para sus seres queridos.
4-) Pensar que usted está cubierto(a)– Muchas personas piensan que por tan sólo dar a conocer sus últimos deseos y separar dinero para gastos están cubiertas. La realidad es que una voluntad o deseo no se pueden consultar hasta días o semanas después de la muerte. Entonces, el servicio se habrá llevado a cabo y los fondos pueden congelarse en probatoria por meses. Planificar de antemano resuelve ambas cosas.
Referencia: Don’t Make These 3 Mistakes When Funeral Planning, 2025, https://www.dignitymemorial.com/
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