Por: Myrna L. Carrión Parrilla
Se acerca el inicio del nuevo año escolar y es noticia en todos los medios algo que cada año que pasa es más latente y debe ser preocupante, la disminución de la población por razones como la baja tasa de natalidad, la emigración, los incrementos en los costos dejan como consecuencia un país envejecido, donde los adultos en edades mayores son la mayoría y los jóvenes se manejan entre tener o no tener hijos por los retos que el alto costo de la vida principalmente representa, entre otras cosas.
Por años en esta época la noticia era saber si están o no preparadas las escuelas públicas del país, de las privadas no se mencionaba nada pues se asumía que todo estaba bien, pero debe ser de todos conocidos que llevamos unos de tres años y cada año de manera más contundente, que el tema de s están listas no se mantiene per no tan alarmante como antes y en estos tiempos ya no es cuestión de públicas solamente, se incluyen todas las escuelas toca a todas, públicas y privadas.
Las mismas causas antes mencionadas impactan no al sector público, sino al país. Ya no es tan importante si están o no listas las escuelas, es si van a reabrir o no. Y de este modo escuchamos las escuelas públicas que han tenido que cerrar y son cada día más las escuelas privadas que han hecho lo propio.
Debemos entender que si queremos un buen sistema de enseñanza pública hay que administrar correctamente el sistema y no podemos continuar por pena manteniendo escuelas que no es costo efectivo mantenerlas. Se que este tema es sensible pues guardamos muchos afectos con las cosas, tener los servicios cerca ha sido la costumbre opero los tiempos han cambiado y las necesidades también, de ahí que el gran Departamento de Educación tiene que repensarse, hacerse más ágil y eficiente, revisar sistemas, procesos y tomar grandes decisiones y el pueblo tenemos que cooperar y entender.
Nos hemos acostumbrado a ver que las cosas pasen en el gobierno y se nos hace difícil entender que administrar el gobierno, como a la empresa privada, requiere de decisiones responsables que muchas requieren de dejar a un lado la pena, la costumbre, lo cómodo y lo intereses particulares, entre tras cosas. Hay que decidir por el uso responsable de los recursos con que se cuenta, que cada día son menos y hay que ser creativo y estratégico en lo que se hace y decide. Lo estratégico tiene que ver con incluir una visión hacia el futuro y una integración de los recursos disponibles y es aquí donde nos toca a todos aportar y ceder.
En fin, se trata de buscar el bien común, el que beneficia a la mayoría, el que permite que las cosas pasen, que no que se detengan y que permita que se tenga el servicio, aunque requiera de nuevas o revisadas estrategias y de sacrificios en muchas ocasiones, pero peor es, dejar caer las cosas y quedarnos sin ninguna opción. Muchas veces menos es más porque promueve la calidad.
Lo más fácil en estos casos sería quitarse, pues los altos costos que impactan el poder proveer servicios son cada día más estresantes y casi inmanejables para aquellos que ofrecen educación desde el sector privado. Al gobierno le corresponde hacer su parte y tomar decisiones que beneficien a todos y en este como en el sector privado, hay que promover la esperanza, hay que dar el máximo, hay trabajar por el futuro del país, hay que pensar y planificar para los puertorriqueños que siguen naciendo y luchar por crear las condiciones que permitan que volvamos a ser el pueblo que éramos, que a los que se fueron les cause interés regresar y que cada día más pensemos como país, será entonces que encontraremos las soluciones, porque esto no es sólo de un líder, esto es cuestión de todos.
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