Por: Jesús Santa Rodríguez
El voto es el mecanismo de participación ciudadana más eficiente y confiable para la elección de su gobierno. Mediante el voto no solo podemos elegir aquellos funcionarios que mejor responden a nuestros intereses y la política pública dirigida a mejores servicios y calidad de vida. También, tenemos el poder de colocar en posición de generar cambio social a quienes tendrán la capacidad de construir nuestro presente y futuro como país desde la honestidad y la transparencia.
El voto goza de unas cualidades importantes: es universal, libre, secreto, directo, personal e intransferible. Con él, rubricamos nuestra defensa por la democracia y el establecimiento de aquellas políticas públicas que mejor responden a nuestras expectativas como ciudadanos. En el pasado -y todavía en algunos países del mundo- el voto estaba disponible para los hombres privilegiados por la riqueza, la educación y el poder. Los hombres pobres y analfabetas, las mujeres, los negros y otros miembros de las comunidades discriminadas tuvieron acceso al voto como resultado de la lucha de varios sectores transformacionales de la sociedad.
En eventos previos, en Puerto Rico hubo una tradición de gran participación ciudadana en los procesos electorales que era modelo de muchos países democráticos, incluyendo los Estados Unidos. Lamentablemente, en nuestras elecciones más recientes la participación de nuestros electores ha disminuido. Esto resulta en la elección de personajes que luego nos decepcionan, pues incumplen sus promesas de igualdad y progreso, y se rodean de otros funcionarios de confianza que, lejos de trabajar por el bien común, se comportan como empleados de un partido político, alejándose del cumplimiento de su deber de servicio al pueblo e incurren en actos de corrupción al costo del pueblo.
Este fin de semana se estará llevando a cabo una elección primaria que dará la oportunidad a todos los electores debidamente inscritos de votar por los aspirantes a puestos electivos del partido de su preferencia bajo el cual estén afiliados, para que formen parte de la papeleta institucional de cara a las elecciones generales de 2024.
Algunos electores se sienten desmotivados y expresan que no interesan acudir a los colegios de votación porque “las cosas están malas”, y que “todos los políticos son iguales”, esto ante la crisis fiscal, de seguridad, salud, educación y social que domina en nuestro país. Sin embargo, es en momentos como este cuando se hace más relevante acudir a votar para impulsar aquellos candidatos que mejor nos representan y que podrán gestar los cambios trascendentales que tanto necesitamos para gozar de un mejor país. Si aspiramos a un Puerto Rico mejor para nosotros y nuestros hijos e hijas, quedarnos en casa y no votar no es opción. No votar es validar el estado de situación actual. No votar es dejar las cosas como están.
Este domingo acudamos a votar y elijamos a los candidatos que tendrán el potencial de prevalecer en noviembre. Puerto Rico necesita de líderes comprometidos, respetuosos de los derechos fundamentales de los ciudadanos y ávidos de realizar los cambios amplios que necesita el país para sacarlo del atolladero en el que se encuentra hace unos años.
Comments