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Foto del escritor: Editorial SemanaEditorial Semana



Por: Myrna L. Carrión Parrilla


Esta semana reflexiono junto a ustedes, sobre una de las cualidades que necesitamos promover en este deseo común de hacer de esta tierra nuestra, un mejor país para vivir. Estamos a unas semanas del proceso eleccionario y a veces lucimos como si de este proceso y con la elección que hagamos, obtendremos la solución a todos los problemas que tenemos. Realmente no es así, la solución de los mayores problemas muchas veces está, en el granito de arena que pongamos cada uno de nosotros.


Es importante crear conciencia de aquellas características que debemos desarrollar y fomentar en nuestros niños y jóvenes y que aún nosotros como adultos debemos cultivar, entre ellas está el altruismo.


El altruismo, es la disposición de algunas personas a hacer el bien a los demás, aun a costa del propio bienestar. Es decir, llamamos altruista a quien se preocupa por dar a otros desinteresadamente, sin importarle, que al hacerlo esté sacrificándose a sí mismo. Normalmente los héroes y los mártires son personas de las que esperamos un comportamiento altruista, sin embargo todos podemos ser héroes si en nuestras acciones nos ocupamos vivir siendo altruistas.


Estudiando sobre el tema encontré que “éste término es un préstamo de la lengua francesa, en la cual se acuñó la palabra “altruisme”. La palabra está compuesta por las voces francesas “autri” (“los demás”, “el prójimo”) y el sufijo “ismus” (“doctrina”), de modo que puede entenderse como “la doctrina de velar por los demás”. Es, por lo tanto, el antónimo del egoísmo.


Los filósofos se mantiene un debate respecto de si el altruismo es natural en el ser humano, pues considerar que los seres humanos somos una especie que somos seres gregarios, que nos desarrollamos y convivimos en grupo y que por naturaleza velamos unos por otros.


El altruismo es un modo de sentir, pensar y actuar orientado a ayudar a los otros, siempre en favor del bienestar de los demás y de manera desinteresada, sin esperar nada a cambio. El altruista se opone al egoísmo, puede ser una forma de vida y pensamiento que tiene como objetivo principal la ayuda, asistencia y solidaridad con los demás. Se basa en la empatía, la generosidad y la ayuda mutua entre las personas.


El altruismo propone que “somos y vivimos en un ambiente social, y es de vital importancia la relación con los otros en un marco de cooperación, igualdad y tolerancia mutua”.


Sin duda, que en los próximos días el país escogerá al liderato político del país, pero la invitación para lograr un cambio social debe estar más, en lo que cada ciudadano aporte, que a lo que puedan lograr aquellos los que escojamos para los puestos del gobierno. El cambio real se dará cuando cada miembro de la sociedad está dispuesto a aportar y será permanente cuando desarrollemos en nuestros niños y jóvenes cualidades y valores que transformen, pongamos nuestra parte pues hacen falta más altruistas.

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