Redacción Editorial Semana
La celebración de vida es un evento personal y significativo para rendir homenaje a la persona que partió. Ya sea un tributo sencillo o un evento más elaborado, sin duda podrán encontrar inspiración en los pequeños detalles que hacen a ese ser amado alguien especial.
Para contar la historia del ser que se despide, se recomienda empezar relatando lo que le apasionaba. Escriba las memorias favoritas de la persona amada para así encender ideas y dar un toque especial al servicio fúnebre; así como palabras o frases que describan a ese ser querido. También recuerda las actividades que él o ella disfrutaban, los lugares que visitaron, sus platos favoritos y la música que él o ella escuchaban.
Ya sea que seleccione un sepelio o cremació, considere enfatizar la pasión, la alegría o la tradición familiar de una manera significativa, desde flores o música hasta un banquete y transportación. Otros elementos que pueden añadir emoción incluyen: globos, palomas, linternas o mariposas, a los cuales se pueden añadir notas personales de recordación; música; envases de cerveza, latas, tarros o botellas de vino pintadas para los arreglos florales y transportación (motoras, clubes automovilísticos, etc.).
La vestimenta es otro elemento que refleja la unicidad del ser querido, mientras los servicios fúnebres tradicionales evolucionan en celebraciones de vida. Por ejemplo, se invita a la concurrencia a llevar un color para representar un equipo deportivo favorito, un patrón floral para honrar a un jardinero u hortelano o colores patrióticos para conmemorar a un veterano (o la bandera local para quienes aman a Puerto Rico o su país de origen).
Consulte con la funeraria de su preferencia sus ideas para una celebración que se ajuste a su ser amado o planificar por adelantado para la suya propia.
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