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  • Foto del escritorEditorial Semana

Influencia deportiva de afrodescendientes




Por: Prof. Luis Dómenech Sepúlveda


Finalizados los exitosos y deslumbrantes Juegos Olímpicos de París 2024, no podemos menos que reconocer la enorme influencia histórica de nuestros afrodescendientes en el desarrollo de los deportes de alto rendimiento. De partida, nadie en su sano juicio puede negar la poderosa contribución e influencia de nuestros hermanos y hermanas afrodescendientes en la encomienda de proyectarnos ante el mundo como uno de los países caribeños más exitosos y productivos en la diversa gama de deportes de alto rendimiento. Su presencia y protagonismo en el deporte internacional no tan solo ha servido como fuente de inspiración para el desarrollo de nuevos atletas, sino que también ha contribuido para que cada puertorriqueño sienta los latidos del corazón cada vez que se iza nuestra bandera bajo los acordes de nuestro propio himno nacional en las ceremonias de premiación deportiva.


De acuerdo con los datos históricos, los españoles impusieron la esclavitud africana en Puerto Rico alrededor del año 1511. Ello, con el objetivo de explotar nuestros recursos naturales y satisfacer, a su vez, los grandes intereses económicos de la antidemocrática monarquía española. Se asegura que en Puerto Rico hubo alrededor de 75,000 esclavos distribuidos principalmente en las zonas costeras del país. Posteriormente la esclavitud fue abolida en 1873 por iniciativa del prócer, Ramón Emeterio Betances.


A partir de entonces se fue forjando la identidad del puertorriqueño con una fuerte influencia indígena, española y africana. De ellos heredamos su música, sus costumbres, valores y tradiciones contribuyendo significativamente en la definición de nuestra propia personalidad como pueblo caribeño, antillano y latinoamericano.


Desde el punto de vista deportivo, cabe destacar que nuestro primer atleta reconocido internacionalmente fue, precisamente, el boxeador afrodescendiente santaisabelino, Escolástico Sotero Fortier, alias Koli Kolo. Este fue reconocido internacionalmente como uno de los mejores diez boxeadores “peso plumas” de la década de 1930. A partir de entonces, surgieron boxeadores internacionales de la magnitud de Sixto Escobar, Juan Evangelista Venegas, Carlos Ortiz, Chegüí Torres, Wilfredo Benítez, Wilfredo Gómez, Tito Trinidad, Miguel Cotto, entre muchos otros.


Posteriormente surgieron otros atletas afrodescendientes de la magnitud de Cosme Beitía, Pepito Rivera, Carlos Cartagena, Eugenio Guerra, Juan Luyanda, Fernando Torres Collac, Wemby Vázquez, Teo Colón, Fabito y Ciqui Faberllé, Norberto Cruz, Luis ‘Canena’ Márquez, Roberto Clemente, Víctor Pellot, Orlando Cepeda, Terín Pizarro, Rubén Gómez, Carlos Delgado, Rafael Valle, Amadeo Francis, Amado Morales, Teófilo Cruz, Pedro y Julio Ferrer, Arnaldo Bristol, Iván ‘Palito’ Mangual y muchos otros atletas sepias de dimensiones internacionales. Todos ellos lograron allanar el camino para el desarrollo de nuevas generaciones de atletas afrodescendientes de las diversas modalidades deportivas de alto rendimiento avalados por el Comité Olímpico Internacional.


Del nuevo cosecho surgieron las voleibolistas Eva y Aury Cruz, Javier Gaspar, Javier Culson, Joel Castro, Jaime Espinal, Francisco Lindor, Eliot Ramos y la medallista de oro y bronce olímpico, Jasmine Camacho Quinn.


A todos ellos, nuestro respeto y admiración por haber elevado la imagen y el prestigio deportivo de Puerto Rico a nivel internacional.

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