Por: Prof. Luis Dómenech Sepúlveda
El título y contenido de esta columna es de la autoría de nuestro compañero, Lic. Raúl Tirado, candidato a la Cámara de Representantes del Distrito 31 (Caguas-Gurabo) por la ALIANZA PIP-MVC, y citamos:
[La inconsistencia, sinónimo de debilidad y ambivalencia, es lo que tienen en común el bipartidismo colonial cuando se trata de LUMA. Basta recordar que tanto Jennifer como Jesús Santa se expresaron recientemente en este mismo Semanario: Jennifer para aclarar que durante las primarias no dijo que cancelaría el contrato, sino que, al igual que Pierluisi, fiscalizaría al privatizador nombrando un “Zar de la energía eléctrica”. De esa forma, sostiene Jennifer, “se ahorrarían millones de dólares en penalidades y tendríamos un sistema energético eficiente”. Por su parte, Jesús Santa sostiene que “LUMA no está preparada para manejar nuestro sistema energético y como tal, está incumpliendo el contrato”. Sin embargo, no exige la cancelación del contrato. Más bien postula que, “aunque no es una decisión sencilla, el curso correcto pareciera ser la rescisión(anulación)del contrato”. ¿Cómo que pareciera ser lo más correcto? La única salida es cancelar no solo el contrato con LUMA sino también el de GENERA.
Desde luego, esta inconsistencia reafirma nuestra postura: todo lo que está pasando se debe a la debilidad y ambivalencia del bipartidismo colonial que, en tiempos de García Padilla, Ricardo Roselló, Pedro Pierluisi y la propia Jennifer, abrazó como política pública la privatización de la infraestructura y los servicios esenciales, entiéndase, el aeropuerto Muñoz Marín; los aeropuertos regionales; los muelles de pasajeros y de carga; y el manejo de los peajes y autopistas del país. Y eso, en el marco de la quiebra del Gobierno y sus corporaciones públicas obligándolos a dar un salto al vacío al rogarle al Congreso federal que adoptara un marco regulatorio para enfrentar la deuda pública de $81 billones. Ello, producto de sus desmanes e incompetencia administrativa.
El Congreso, en protección del mercado de bonos municipales estadounidenses, y no del gobierno de Puerto Rico, lo complació imponiéndonos la Ley PROMESA y la Junta de Control Fiscal. La Junta, a su vez, amparada en dicha política pública, le impuso al bipartidismo colonial los contratos de LUMA y GENERA, que dispone que deben notificarle de todo asunto que incida en los mismos.
Así las cosas, el cumplimiento del contrato está subordinado a los Planes Fiscales y Ajuste de deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica. Por tanto, debemos recordar que el Circuito de Apelaciones de Boston decidió que los bonistas podrán cobrar toda la deuda contra cualquier ingreso de la AEE. Es decir, la Junta está buscando un acomodo razonable al privatizador, quien no responde por la deuda, pero sus operaciones podrían verse afectadas. Dicho de otro modo, la inconsistencia bipartita ante LUMA y la JUNTA no puede ser la respuesta.
El 5 de noviembre hagamos nuestro relevo de carga votándole en contra a los endebles del bipartidismo corrupto, incompetente colonial. Vota por la ALIANZA DE PAÍS. Vota por una Patria Nueva].
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