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  • Foto del escritorEditorial Semana

La personalidad narcisista y su costo social




Por: Lilliam Maldonado Cordero


El caso de Hermes Ávila Vázquez, sujeto que se declaró culpable del feminicidio de Ivette Joan Meléndez Vega mientras “disfrutaba” del mal otorgado privilegio de una ley para el egreso de pacientes de SIDA y otras enfermedades terminales por parte del Departamento de Corrección y Rehabilitación, desvela, entre otros asuntos, uno de los trastornos mentales más desafiantes para la ciencia y devastadores para la sociedad:


el Trastorno de la personalidad narcisista. Antes de asesinar a Ivette Joan, Hermes Ávila cumplía una condena por haber dado muerte en circunstancias similares a una joven madre en Caguas. Se sabe que Hermes Ávila, haciendo uso de la mentira, la manipulación y el desprecio por la vida, burló el sistema de Corrección fingiendo condiciones de salud que no padecía. También, se sospecha que así mismo había salido por la puerta ancha de la injusticia durante un proceso judicial en su contra relacionado con otras tres víctimas de feminicidio.


Sin pasar juicio sobre los errores que pudieron cometer funcionarios y contratistas que sirven al Departamento de Corrección que privilegiaron a Hermes Ávila y que están siendo investigados, es pertinente que los miembros del componente social, la Policía, el sistema de Justicia y la Judicatura, puedan reconocer la malignidad de personas como Hermes Ávila. Actuaciones como las de este personaje no siempre llevan a conductas y consecuencias extremas como las acometidas por este. Muchas personas que sufren del Trastorno de la personalidad narcisista no llegan a asesinar a otros, pero su modus operandi no es distinto, buscando destruir reputaciones, robar identidades o seducir a sus víctimas para abusarlas.


El Manual de trastornos estadísticos y mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-5, por sus siglas en inglés) compendia los distintos desórdenes y condiciones mentales para su diagnóstico científico por parte de los profesionales de la salud mental. El Trastorno de la personalidad narcisista se caracteriza por un aire irrazonable de superioridad de quienes lo padecen, que lo llevará a buscar atención y admiración. Se sabe que estas personas no comprenden o no les importan los sentimientos de los demás. Mienten, manipulan, persiguen, inventan logros que no poseen -incluyendo grados académicos y profesiones- y se hacen las víctimas para embaucar. Detrás de esta faz se esconde una persona insegura y sin confianza en sí. Se ponen a la defensiva una vez son ignorados, criticados o desenmascarados. Al principio, estas personas convencen a otros de haber alcanzado carreras, poseer bienes y estilos de vida que no tienen. Con el tiempo, sus víctimas y otras personas involucradas se dan cuenta de la farsa. El narcisista termina perdiendo el empleo, el crédito, no completa sus estudios, y eventualmente pierde la credibilidad de los demás a raíz de sus relaciones interpersonales tóxicas y conflictivas.


Existen teorías sobre las razones que precipitan el desarrollo de este trastorno, pero lo más importante es que tengamos la capacidad de identificar a estas personas. Por esto, es pertinente que las autoridades de seguridad, ley y administración de la justicia tengan los conocimientos necesarios para reconocer a quienes padecen de este trastorno mediante la capacitación, a través de talleres de formación profesional. Como hemos visto ya tantas veces, esto no solo representaría un ahorro al erario en aspectos procesales y a recabar profesionales con el peritaje para su manejo correcto. También, estamos llamados a evitar la victimización y pérdida de vidas. En el caso de Ivette Joan, fracasamos.

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