top of page
Buscar
  • Foto del escritorEditorial Semana

La ultraderecha contra la conciencia histórica


Por: Prof. Luis Dómenech Sepúlveda


“Sin libertad de pensamiento, la libertad de expresión no sirve de nada” (José Luis Sampedro)

La más reciente aberración de Ron DeSantis, flamante gobernador ultraconservador de Florida, es eliminar los cursos de historia afroamericana por carecer de valor académico y para evitar el sentimiento de culpa y vergüenza de la niñez anglosajona. ¡Cosas veredes Sancho!


Irónicamente, desde la Revolución Francesa de 1789 hasta nuestros tiempos, la abrumadora mayoría de los pueblos supuestamente democráticos han sido gobernados por las oligarquías burguesas más radicales, represivas y recalcitrantes de la raza humana. Estos gobiernos, encarnados tradicionalmente por lo que podríamos denominar el triunvirato acaparador conformado por el republicanismo, el fundamentalismo y el nacionalismo radical y represivo, pretenden controlar y acallar la libertad del pensamiento crítico y el desarrollo de una consciencia histórica capaz de cuestionar las realidades sociopolíticas que nos aquejan. De ahí su afán de reducir al mínimo los cursos de humanidades y sociales, muy en particular los cursos de historia que son, en última instancia, las materias más indicadas para el desarrollo de una conciencia histórica y pensamiento crítico del estudiantado universitario. Desde luego, a nuestro juicio, existen dos tipos de nacionalismo: (1) el nacionalismo solidario, humanitario y de justicia social y (2) el nacionalismo radical y represivo cuyas políticas públicas buscan favorecer predominantemente los intereses económicos del capitalismo depredador de nuestros tiempos. Bien lo dijo Ernesto “Che” Guevara: “El poder quiere un mundo de gente dócil y mediocre; el poder detesta a los rebeldes y a los genios, pero mucho más detesta a los genios rebeldes”.


Por supuesto, para los gobiernos republicanos (ultraconservadores-fundamentalistas) es mucho más conveniente gobernar a los pueblos donde predomine la sumisión, la adulación y la enajenación colectiva. Prefieren, sobre todo, el servilismo, la adulación y la incondicionalidad colectiva para ejercer total y absoluto control y dominio sobre sus respectivos pueblos.


Establecida nuestra premisa, debo aclarar que nunca ha sido nuestra costumbre utilizar como referente el ideario y la dialéctica institucional de la metrópolis por tratarse de uno de los gobiernos más contradictorios y engañosos del espectro político internacional. Basta recordar que EEUU se autoproclama “paladín de la democracia y las libertades individuales” pero, sin embargo, nunca ha tenido reparos en su descaro de mantener a Puerto Rico como su colonia más lucrativa y explotada desde la invasión y conquista de 1898. De modo que, no pretendemos dar la impresión de favorecer a los demócratas sobre los republicanos dado que ambas colectividades, “Burros y Elefantes”, han sido cómplices de nuestra Infame condición colonial.


Sin embargo, no es menos cierto que el republicanismo estadounidense ha resultado ser históricamente mucho más hostil y agresor contra los derechos de las minorías (puertorriqueños, latinoamericanos, afroamericanos) ante su abierta preferencia por la supremacía blanca. En ese sentido, los demócratas han sido un tanto más discretos y sofisticados que sus contrapartes.


Pero en honor a la verdad, la diferencia entre ambos bandos, es francamente insignificante.

3 visualizaciones

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page