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  • Foto del escritorEditorial Semana

Las luchas de las mujeres son nuestras


Por: Jesús Santa Rodríguez


Durante estos días se conmemora la Semana de la Mujer Trabajadora, tiempo en el que se rememoran las luchas de las mujeres, que datan de siglos, para abrirse camino hacia la equidad y la justicia social.


Históricamente, las mujeres han sido privadas de sus derechos y menoscabadas por el simple hecho de ser mujeres.


Al evaluar los datos recientes recogidos por el Programa de Planificación Económica y Social de la Junta de Planificación (JP), queda demostrado que el futuro del país está particularmente en manos de nuestras mujeres. Para 2019, en la población de menores de 18 años, la isla reportó tener más hombres que mujeres -60,000 hombres versus 57,462 mujeres menores de cinco años, y 291,375 hombres versus 281,356 mujeres menores de 18 años-. Empero, a partir de los 25 años de edad, la población de mujeres supera a la de los hombres en todos los grupos de edad hasta los 85 años o más, esto a pesar de los patrones de emigración e inmigración anteriormente descritos. Súmele que las mujeres viven, en promedio, cuatro años más que los hombres.


Otro dato importante es que el por ciento poblacional de mujeres en Puerto Rico continúa superando al del hombre. Mientras en 2011 el 52.1% de nuestra población eran mujeres, en 2019 aumentó a 52.5%.


Durante ese mismo periodo de tiempo, la tasa específica de fecundidad de las mujeres se redujo consistentemente, año tras años, desde 2011 hasta el 2016. Esto quiere decir que las mujeres optaron por parir menos.


Asimismo, los datos revelan que el trato desigual de nuestra sociedad hacia las mujeres es patente. En hogares con mujeres jefas de familia sin esposo presente, el nivel de pobreza se estimó en 58.2%, mientras que con niños menores de 5 años, la pobreza alcanzó el 74.4%. En hogares con mujer jefa de hogar sin esposo presente, con niños menores de 18 años, la pobreza fue de 70.4%. Al tiempo, el por ciento de hombres bajo el nivel de pobreza se ubicó en 42.1%, mientras el por ciento de las mujeres en esa categoría alcanzó el 45.9%, casi dos puntos porcentuales sobre el por ciento de la población puertorriqueña que vive bajo el nivel de pobreza.


Ignorar estos datos y no actuar sobre ellos, solo resultará en el recrudecimiento de la inequidad y, por consiguiente, la perpetuación de la pobreza para nuestras mujeres y sus hijos. Es imprescindible que, como gobierno, transformemos los análisis estadísticos en instrumentos de trabajo y programas vivos, dirigidos a cerrar la brecha de la inequidad económica y social que sufren las mujeres. Lograrlo, resultará en una sociedad más justa que beneficiará a todos, porque indudablemente las mujeres tienen la llave del futuro en sus manos, no durante una semana, sino cada día del año. Es una deuda y un deber que tenemos, como sociedad, hacia las mujeres.


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