Por: Prof. Luis Dómenech Sepúlveda
“Luchamos contra tres gigantes, mi querido Sancho: la injusticia, el miedo y la ignorancia” (Cervantes)
A decir verdad, los únicos y verdaderos cambios derivados de las recientes elecciones generales han sido (1) el 33% de los votos recibidos por el patriota Juan Dalmau y (2) el 36.3% de los votos a favor de la independencia y la libre asociación en el plebiscito impuesto unilateralmente por el anexionismo antipatriótico. Lo demás, quedó en manos del “banquete total” controlado por la corrupción institucional conformada por el gobierno colonial, sus inversionistas y los grandes intereses del capital extranjero.
Pero, a nuestro modo de ver, el tiro le salió por la culata al anexionismo antipatriótico. Si bien es cierto que el estatus de Puerto Rico no se decide en las elecciones generales, nadie puede negar que el anexionismo invirtió una millonaria, engañosa y demagógica campaña propagandística basada en la ilusa promesa de la estadidad. Ello, como anzuelo para motivar a sus electores que, disgustados y avergonzados por la corrupción institucional, habían optado por alejarse del proceso electoral. De ahí la movida de imponer unilateralmente las inconsecuentes papeletas para el voto presidencial y el plebiscito por la “estadidad, independencia o libre asociación”.
No obstante, la maniobra colonial les resultó en “un tiro en el zapato”. Por un lado, el electorado favoreció mayoritariamente a Kamala Harris sobre Donald Trump (73% a 27%), jefe ideológico de la flamante gobernadora electa, Jennifer González, y presidente electo de EEUU. ¡Se atreverán los profetas del miedo confrontar al implacable Donald Trump y al Congreso con estos resultados!
Y, “como el que no quiere caldo se le dan tres tasas”, los resultados preliminares del engañoso e inconsecuente plebiscito no pudieron haber sido más elocuentes. De un total de 1,108,236 papeletas contabilizadas, la estadidad recibió 528,379 votos para el 47.7%. Por su parte, la independencia y la libre asociación, ambas fórmulas soberanas, fueron espontáneamente favorecidas por 286,923 votos (26%) y 114,676 votos (10.3%) respectivamente para un 36.3% del sufragio electoral. Si a ello le sumamos las 165,521 papeletas depositadas en blanco y 12,737 papeletas dañadas, tenemos que el 52.3% del electorado rechazó la estadidad federada. No conforme con ello, súmele el histórico apoyo electoral recibido por Juan Dalmau al ocupar el segundo lugar entre los candidatos a gobernador con un digno y esperanzador 33% del sufragio electoral. Y todo ello, sin los infames recursos propagandísticos utilizados contra su persona y la Alianza patriótica.
De modo que, ante estas engañosas e inconsecuentes papeletas coloniales impuestas arbitraria y unilateralmente por el anexionismo renegado, el pueblo votó por la preservación de nuestra nación puertorriqueña y por la defensa de nuestra historia, nuestra cultura, nuestro idioma e identidad nacional como pueblo antillano, caribeño y latinoamericano.
Mientras tanto, continuaremos impulsando un Proyecto de País capaz de conducirnos a un sustentable desarrollo económico, humano y político en armonía con los pueblos libres y soberanos de nuestro hemisferio, incluyendo a Estados Unidos. Para ello, necesitamos la Suprema Definición: ¿Yanquis o puertorriqueños?
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