Por: Jesús Santa Rodríguez
Nuestro país ha pasado de ser uno de los más progresistas a uno resquebrajado por la quiebra fiscal, la criminalidad, la ineficiencia y el fracaso de sus instituciones como resultado de la deficiente administración de varios de sus gobiernos. Hoy, el gobierno de Pedro Pierluisi no puede hablar en términos de administración pública responsable, y delega a compañías que han privatizado servicios como la generación y transmisión del servicio eléctrico -LUMA y Genera- para hablar en conferencias de prensa con naturalidad y encogiéndose de hombros afirmando que “sabemos que se va a ir la luz”, en la eventualidad de un evento atmosférico. Mientras, la directora de la AAA también acepta públicamente que la represa La Plata no tiene generadores, y si se va la luz, zonas importantes quedarán sin agua potable.
Pero, no olvidemos cómo fue que llegamos aquí.
Pedro Rosselló, gobernador del PNP versión 1994-2000 se aprovechó del dinero y crédito público para crear proyectos que han costado miles de millones de dólares, entre ellos el mal planificado e inútil Tren Urbano. Este proyecto costó $2,250 millones en empréstitos, y sigue costándonos cerca de cien millones anualmente para “mantenerlo” operacional. Hasta ha sido causa de mofa por parte de investigadores y medios de prensa extranjeros, pues se supone que moviera 125,000 pasajeros por día, y en la actualidad no mueve ni 5,000 almas. Recordemos que en 2000, Pedro Rosselló se despidió del país con la célebre frase, “Ahí les dejo este desastre, arréglenselas como puedan”, y ahora vive en una mansión en Virginia con su familia, alejado de nuestras tribulaciones causadas por su falta de juicio y malas decisiones administrativas.
Luis Fortuño, gobernador PNP entre 2008-2012, fue el gestor de la Ley 7 que echó del trabajo a más de 35,000 empleados públicos, ocasionando una de nuestras migraciones más importantes de este incipiente siglo. Más adelante, contrató los servicios del bufete Steptoe and Johnson por $23 millones. Al perder la gobernación, fue contratado por ellos como cabildero en proyectos de Puerto Rico y otros países latinoamericanos. También, se inventó el proyecto Vía Verde, que terminó costándole al país otros $100 millones, repartiéndoselos entre amigos, como Ray Chacón y el dueño de la agencia Ballori & Farré. Luego, junto a la aspirante a la gobernación por el PNP, Jenniffer González, endeudaron en miles de millones a la Autoridad de Energía Eléctrica, poniéndole el último clavo a esa cruz que cargamos nosotros mientras él y su familia viven una vida de fantasía en Washington, D.C.
La lista de políticos afortunados del PNP también incluye a Ricardo Rosselló, a quien no se le conoce un trabajo formal -ni cuando gobernó-, pero está “living the life” en una mansión en Virginia.
La pregunta que tiene que hacerse el elector es si continuará votando por políticos como estos potenciales emigrantes a quienes pagamos y pagaremos con nuestro dinero y nuestra quiebra estilos de vida de lujo. A la hora de votar, recuerde las veces que se le va la luz y el agua, y se le rompen las gomas del carro. No lo olvide.
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