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Manejar el riesgo de enfermedades cardiovasculares antes, durante y después de cirugía no cardíaca




Redacción Editorial Semana


Una nueva guía conjunta entre la American Heart Association (la Asociación Americana del Corazón) y el American College of Cardiology, explica en detalle cómo manejar el riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV) antes, durante y después de una cirugía no cardíaca.


Comienza con una definición ampliada del riesgo cardiovascular relacionado con la oportunidad y el riesgo de la cirugía no cardíaca. Las nuevas formas de evitar exámenes de detección innecesarios y costosos y recomendaciones para el manejo de pacientes que toman inhibidores de SGLT2 son algunas actualizaciones de la nueva guía conjunta de 2024 de la American Heart Association y el American College of Cardiology, avalada por otras siete sociedades médicas.


Aborda el tratamiento y la evaluación cardiovascular de los pacientes antes, durante y después de una cirugía no cardíaca, revisa una década de nueva evidencia y actualiza desde la última guía de 2014. Va dirigida a diversas disciplinas de profesionales de cuidados de salud que atienden a personas que se someten a una cirugía que requiere anestesia general o local y tienen un riesgo cardiovascular conocido o potencial.


Sus actualizaciones están destinadas a pacientes que tienen una cirugía no cardíaca programada, desde la evaluación preoperatoria hasta los cuidados postoperatorios. Incluyen el uso adecuado de pruebas y exámenes de detección cardiovasculares, tratamiento de afecciones y riesgos cardiovasculares. Además, ofrece recomendaciones para quienes toman inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa-2 (inhibidores de SGLT2) para la diabetes tipo 2.


La guía para el tratamiento cardiovascular perioperatorio en cirugías no cardíacas presenta la evidencia más reciente para la evaluación adecuada del riesgo de enfermedades cardiovasculares en pacientes que tienen cirugía no cardíaca programada y el manejo de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares antes, durante y después de una cirugía no cardíaca. Las recomendaciones abordan evaluaciones y valoraciones de pacientes, el uso de pruebas y exámenes de detección cardiovasculares y el manejo basado en evidencia de sus afecciones y riesgos antes, durante y después de la cirugía.


Al igual que en 2014, la guía de 2024 incluye un algoritmo perioperatorio para guiar en las decisiones de atención a pacientes con afecciones cardiovasculares que se someten a una cirugía no cardíaca. Revisa el tratamiento de la presión arterial antes, durante y después de la cirugía. Hace hincapié en las recomendaciones específicas para pacientes con enfermedad de la arteria coronaria, miocardiopatía hipertrófica, enfermedad de las válvulas del corazón, hipertensión pulmonar, apnea del sueño obstructiva y ataque o derrame cerebral previo.


Recomienda a profesionales de cuidados de salud ser prudentes y específicos al indicar exámenes de detección, como pruebas de estrés, para determinar el riesgo cardíaco antes de una cirugía. También incluye recomendaciones sobre el uso de la ecografía cardíaca focalizada de emergencia para pacientes con inestabilidad hemodinámica inexplicable (presión arterial inestable) sometidos a cirugía no cardíaca, si hay médicos con experiencia en ecografía cardíaca disponibles. Esta surgió como opción de examen de detección y se puede realizar en el quirófano durante la cirugía para ayudar a determinar si los problemas cardíacos ocasionan presión arterial inestable.


Los medicamentos más nuevos para el tratamiento de la diabetes tipo 2, la insuficiencia cardíaca y la obesidad tienen importantes implicaciones perioperatorias, según la guía de 2024. Los inhibidores de SGLT2 deben suspenderse tres o cuatro días antes de la cirugía para minimizar el riesgo de cetoacidosis perioperatoria. Este desequilibrio de los niveles de pH en la sangre que puede afectar negativamente los resultados quirúrgicos.


Para los pacientes que toman anticoagulantes, la nueva guía recomienda que en la mayoría de los casos es seguro suspenderlos varios días antes de la cirugía, hacer el procedimiento y luego comenzar a tomarlos nuevamente después de la operación, generalmente después del alta hospitalaria. Se recomienda a easpecialistas consultar la guía para conocer las excepciones y modificaciones.


La lesión miocárdica después de una cirugía no cardíaca (myocardial injury after noncardiac surgery, MINS), o la lesión del corazón que ocurre durante o poco después de una cirugía no cardíaca, se diagnostica por niveles elevados de troponina cardíaca. Se presenta en aproximadamente uno de cada cinco pacientes sometidos a cirugía no cardíaca. Esta afección recientemente identificada se asocia con peores resultados a corto y largo plazo para pacientes, pero se sabe poco sobre qué causa la MINS, cómo prevenirla y la mejor manera de tratarla. En pacientes que la desarrollan se recomienda un seguimiento ambulatorio para asesorar a los pacientes sobre cómo reducir sus factores de riesgo de enfermedades cardíacas.


La nueva guía enfatiza la importancia de prestar atención a un ritmo cardíaco irregular conocido como fibrilación auricular (AFib), que puede ocurrir durante o después de una cirugía no cardíaca. Los pacientes con fibrilación auricular recién diagnosticada tienen mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral. Los autores recomiendan realizar seguimiento estrecho después de la cirugía para tratar las causas reversibles de dicha fibrilación y considerar la necesidad de controlar el ritmo o el uso de anticoagulantes para prevenir un derrame cerebral. Se realizan estudios para evaluar la mejor manera de tratar la fibrilación auricular después de la cirugía.

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