Editorial Semana
Necesitamos una pascua

Por: Myrna L. Carrión Parrilla
Y llegó la celebración de la Pascua, muchos regalan canastas llenas de huevos decorados y conejos ya sean de chocolate o juguetes alusivos al tema, pero sabemos ¿por qué? ¿Entendemos su significado, origen y como traerlo a nuestros tiempos?
La Pascua es una celebración de carácter cristiano que desde el aspecto religioso celebra la resurrección de Jesús, la celebración de mayor significado para los católicos particularmente.
Esta celebración se lleva a cabo en fecha que marca el inicio de la primavera por lo que, desde la antigüedad, la terminación del invierno y comienzo de la primavera han sido motivo de alegría, de igual modo desde la perspectiva religiosa es una gran fiesta.
El huevo desde la antigüedad ha sido símbolo de fertilidad y vida. Estos se regalaban simbolizando la alegría de que llegara la primavera y terminara la escasez que representaba el invierno, más tarde con la celebración de la resurrección de Jesús que de igual modo representa vida, se comenzó a regalar huevos decorados símbolo de gran valor por motivo de la alegría que reciben los cristianos con la resurrección.
La palabra pascua viene del latín “pascha”, que se pronuncia “pasca” y significa salto. La integración de los conejos tiene varias teorías pero la mas acogida se relaciona a la capacidad de saltar de estos tiernos animales. Es el salto de un tiempo a otro, en los católicos podríamos decir el salto de la muerte a la vida.
En nuestra tradición cultural en estos días se toma un receso y años atrás, se hacía tiempo para reflexionar, pero el pasar de los años y el impacto de tantos procesos en nuestra cultura quizás han alejado a la mayoría de esa experiencia de reflexión.
La reflexión, ha sido siempre importante para dar pasos, crecer, ayudarnos a repensar algunas cosas y pensar en otras, pero siempre nos deja como resultado, la oportunidad de una pascua… de un salto a otro escalón en la vida ya sea personal o institucional. Pero no sé, si por la prisa de la vida, si porque se ha perdido la fe en las figuras e instituciones en las cuales se creía, si porque otras culturas nos han absorbido o influenciado, si porque hemos fallado transmitiendo a otras generaciones, si porque hay más acceso a la información o si por un poco de todas las anteriores, la realidad es, que la reflexión, ha quedado en muchos a un lado y por lo tanto, esa oportunidad de dar pasos o saltos cualitativos y cuantitativos, es cada vez menor.
Necesitamos una pascua en nuestro país, una pascua que permita compartir símbolos de vida y fertilidad. Necesitamos dar un salto que nos lleve a otro nivel, que nos haga más responsables, con el que muera menos gente en las calles y carreteras, con el que atendamos la salud mental de los jóvenes, que logre haya menos ambición y con el que ni el dinero ni nada sustituya, lo que le corresponde a Dios.