Por: Juan Illich Hernández
Según hemos podido ver y reafirmar, desde que Donald Trump asumió la presidencia para nada ha sido consecuente con las diversas teorizaciones, plus promesas que prácticamente expresa ante los medios de comunicación. Tales hechos no solo nos predicen el futuro vertiginoso e incierto que pueda acontecernos, sino también la posible venida del orden sociopolítico más sanguinario al cual estamos inmersos. Quiérase decir, que la indescriptible admiración que este megalómano tiene hacia figuras dictatoriales como Xi Jinping, Putin, Yoon Suk-yeol, entre otros, ilustra a flor de piel de qué está hecha la personalidad y caracterología de este ser narcisista.
Con el triunfo revalidado de este su-puesto “hombre” de negocios, justamente como si fuera el emblemático “Lobo de Wall Street”, el mercado de acciones y valores hizo volver a darle al dólar su meritorio poder adquisitivo. Tanto es así, que todo acreedor, inversor, corredor, etc. que lo apoyaron desde el primer día como han sido los CEO (presidentes ejecutivos) de los medios de producción globalizadores como “Tesla” bajo Elon Musk & Jeff Bezos bajo “Amazon” se enriquecieron de dicha victoria, llevándose a su bolsillo millones de dólares. Este advenimiento ha traído consigo a nivel mundial un reordenamiento económico- político el cual efectuará cambios significativos en lo que compete a la distribución de armamentos, tecnología, automóviles, entre otros, al mercado transatlántico y general. El mejor escenario de este señalamiento lo será próximamente la inacabable guerra que existe con Rusia versus Ucrania.
Al ya colocar los correspondientes puntos sobre la mesa, en lo que concierne a Puerto Rico dichos efectos, aparte de resultar irreversibles son a su vez demoledores puesto que agravarían nuestra condición colonial mucho más. Así que, al ser un territorio experimental y no incorporado por los Estados Unidos sufrimos gran parte de los disloques que los mismos norteamericanos viven, pero a una gradual escala de recrudecimiento. Y qué mejor ejemplificación ilustrativa de estos muñequitos que mediante la inflación, el valor del dólar, post- industrialización, globalización, cultura motorizada, entre otros.
Por tal motivo, no es que nos declaremos como una especie de oráculo, sin embargo, entiendo que si la contienda para procesar es una de constantes invenciones por parte del descentralizado e hipomaníaco Donald Trump prácticamente “la realidad social” para el mundo será una sin precedentes. Precisamente con la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental liderado por el mismo Elon Musk deja entrever el gran poderío que este presidente goza históricamente a diferencia de los pasados mandatarios en los Estados Unidos. Técnicamente esta es la primera vez en el gobierno federal que la presidencia comparte a fines prácticamente totales de los poderes que otorga el aparato jurídico- político congresista.
Evidentemente, aún falta observar con mayor detenimiento cómo es que opera este nuevo sistema político. A pesar de ello, es de temer los sinnúmeros de conflictos de intereses que están habilitándose como a su vez faltas de transparencias en las distintas tomas de decisiones, justamente como es el posible caso de la destrucción del Departamento de Educación Federal. Como efecto colateral de estos fines se está generando una especie de ambientación sumamente sombría e incierta para la condición humana actual la cual, si no andamos al tanto, es decir, en modo de alerta y autodeterminados, el gran capital financiero nos hará picadillo.
Es en esa dirección, que resulta meritorio el abrir un espacio para la reflexión y el estado de “awarnees” o el darme cuenta para ventilar la autocrítica ante el posible oscurantismo posthumano que nos espera combatir…
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