Editorial Semana
Paola mira hacia las Olimpiadas

Por Jorge L. Pérez/JPG Media Group
Fotos Pepo Pereira/Municipio de Caguas
Haber comenzado a competir en la NCAA por la Universidad de Indiana en 2021, cuando ya iba para su tercer año de colegio, irónicamente ha resultado de gran beneficio para la carrera de la cagüeña Paola Fernández Solá, especialista en el salto largo.
“Estudié mis primeros dos años en el Recinto de Cayey”, dijo Paola, de 22 años, quien acaba de completar su bachillerato en biología en Indiana.
“Pero allí no tenía beca deportiva, porque decían que no habían fondos”.
Al conseguir una beca completa en Indiana cuando empezó su tercer año de estudios, encontró que su elegibilidad de cuatro años en la NCAA entraba en efecto entonces, ya que Cayey -con la que ganó la medalla de oro en las Justas de 2019-, naturalmente, pertenece a la LAI y no a la NCAA.
“Ahora en enero empiezo mi maestría en epidemiología, con vistas a ir después a estudiar medicina”, agregó, “pero en la universidad me dijeron que me iban a seguir dando la beca completa por dos años más, independientemente de lo que decidiera estudiar”.
Así, la atleta, producto del club Olimpo de atletismo, donde se inició, y luego se unió a los 12 años al Programa de Masificación Deportiva de Caguas, después estudió en el colegio Notre Dame, de Caguas, donde se convirtió en una de las grandes promesas del atletismo de toda la Isla.
En Indiana, su carrera siguió en ascenso: en diciembre de 2021, ganó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos Juveniles celebrados en Colombia, al conseguir la mejor marca de su carrera con un salto de 6.33 metros, lo cual la clasificó directamente a los Panamericanos adultos de 2023.
Y en 2022, en una de sus múltiples competencias con el equipo de la Universidad de Indiana, mejoró en mayo incluso su marca personal con un salto de 6.61 metros, el cual, en esos momentos, figuraba entre los 10 mejores del mundo.
En 2023, Paola tiene varios compromisos importantes: los Centroamericanos, el Mundial y los Panamericanos.
“Para los Centroamericanos tengo que clasificar, pero entiendo que no debe haber problemas porque en cualquier competencia de la universidad debo hacer la marca mínima”, dijo.
Para las Olimpiadas de 2024 en París, sin embargo, el trayecto es más complicado.
“Para las Olimpiadas hay dos maneras de clasificar: por la cantidad de puntos acumulados en las distintas competencias, o haciendo la marca mínima, que es de 6.86”, dijo.
“Yo prefiero hacerlo por la marca mínima, y tengo hasta julio de 2024 -par de semanas antes de las Olimpiadas- para lograrla”, dijo.
“Por puntos acumulados tengo el problema es que para las Olimpiadas no cuentan los eventos de la NCAA, porque, de ese modo, con tantas competencias en las que participamos, todas las universitarias clasificarían”, agregó.
“Así que tendría que acumular mis puntos, además de en los Centroamericanos y en los Panamericanos, yendo a competir en varios eventos en Europa, donde uno tendría que correr con todos los gastos y es muy caro”.
Pero Paola confía en seguir su paso ascendente.
“En este deporte, una mejora según pasan los años, porque tiene más experiencia”, dijo.
Como sea, ella tiene un incentivo adicional: servir de ejemplo a su hermana Claudia, de 19 años, quien estudia en la UPR.
“Este próximo año ella va para sus primeras Justas”, dijo, “pero no solo compite en el salto largo, sino en el triple salto”.