Por: Félix Tomás Miguel Aponte
La partida del Padre José Antonio “Tony” Oquendo Pabón, ocurrida el viernes 28 de junio, dejó notable vacío entre la feligresía católica cagüeña y pueblos limítrofes, por ganarse el aprecio y respeto en sus 44 años de ministerio sacerdotal.
“Padre Tony”, presbítero de la Diócesis de Caguas desde el 12 de abril de 1980, era oriundo de Vega Baja y descendía de padres vegabajeños, tal y como registra la Sociedad Puertorriqueña de Genealogía. Oquendo Pabón. Se licenció en Sagrada Teología con especialización en Espiritualidad en el Instituto Pontificio Santa Teresa de Jesús, en Roma, se dio a querer en su ministerio y demostró su pasión por la genealogía.
Específicamente, Rosa Aponte Vázquez, miembro de la Parroquia Nuestra Señora de la Providencia (congregación a la cual Padre Tony sirvió), le recuerda, a través de su página de Facebook, por su fuerte carácter. También, por su entrega a las personas enfermas o su disponibilidad para hacer un responso. El Municipio Autónomo de Caguas también destacó su liderazgo, dedicación de su vida al servicio y como ciudadano ejemplar.
El obispo diocesano, Mons. Eusebio Ramos Morales, constató en las exequias fúnebres que por medio de “gestos, palabras, experiencias de acompañamiento en la enfermedad y la vejez, supo celebrar consciente que era un sacerdote católico”. Hizo constar ese testimonio en las parroquias El Salvador y San Esteban y el Movimiento Juan XXIII, donde trabajó por muchos años. Padre Pedro Rafael Ortiz también instó a vivir “los mismos sentimientos, el amor por la Eucaristía y vida con el pueblo que ‘Padre Tony’ vivió”. El actual párroco, Padre Reinaldo Estrada, también conmemoró al difunto sacerdote en otra misa en su memoria.
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