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Reacciones de duelo y pérdida

Foto del escritor: Editorial SemanaEditorial Semana

Redacción Editorial Semana


Un ser querido que padece una condición terminal, al igual que usted, tienen probabilidad de experimentar un sinnúmero de pérdidas a medida que la enfermedad avanza. Estas se clasifican en: pasadas, presentes y anticipadas.


Las primeras conllevan detalles como la ayuda que le brindaba su cónyuge, compañero(a) o familiar para realizar tareas del hogar como cortar la grama, preparar alimentos; lavar, secar y clasificar ropa; cuidar del carro familiar y llenar planillas, entre otras. Las pérdidas presentes incluyen: declive en expresiones físicas de afecto, necesidad de dedicar tiempo para visitar a proveedores de cuidados de salud, confinamiento gradual a una silla de ruedas o encamarse y dormir por más tiempo.


Mientras, las pérdidas anticipadas traen consigo reconocer que los planes para vacacionar, viajar o jubilarse podrían ser improbables; conciencia de no volver a tener la seguridad de la presencia del ser querido y reconocer que hay que seguir hacia adelante solo o sola. Pérdidas como las antes mencionadas y otras pueden generar una gama de reacciones de dolor o pesar. El duelo se refiere a la respuesta ante la alteración de la rutina, cuyas reacciones incluyen: físicas, conductuales, psicológicas (cognitivas o emocionales), sociales y espirituales.


Es totalmente apropiado experimentar el dolor de cara a la pérdida. Sólo se espera que dos personas puedan experimentar reacciones distintas, no importa el tiempo que hayan vivido juntas, dado que son un punto de encuentro en diferentes formas. Honrar las reacciones de la otra persona es totalmente consistente con mantener los lazos entre usted y su ser querido.


Por otro lado, manejar las pérdidas y el dolor que conllevan requiere entender y asimilar lo que está pasando o reenmarcar su interpretación de los hechos (“ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío”). Consiste en enfocarse en entenderse a sí mismo o a sí misma y su conducta mejor en este tiempo difícil.


Otra estrategia es tomar acción, buscando a algún o alguna especialista o un programa de hospicio. También, algún(a) profesional de cuidado paliativo especializado en manejo de síntomas, sea en su hogar, un asilo o facilidad hospitalaria con supervisión las 24 horas.


Mientras se manejan las reacciones, la persona es capaz de buscar el significado de la vida y abrazar la muerte o buscar recursos espirituales o religiosos para recibir consolación y apoyo. Al mismo tiempo, siente la urgencia de finiquitar proyectos anhelados o adelantarlos lo más pronto posible. Igualmente, hace esfuerzos para: sanar viejas heridas, repasar su vida, arreglar la herencia o legado, ajustar cuentas, planificar su funeral y compartir palabras de despedida con sus familiares y seres queridos.


(Referencia: Corr, Charles A.; Corr, Donna. Preparing for the Death of Someone You Love, “Loss and grief reactions”, www.dignitymemorial.com, 2025).

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