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Semana Santa, devoción y tradición

  • Foto del escritor: Editorial Semana
    Editorial Semana
  • 17 abr
  • 2 Min. de lectura



Por: Myrna L. Carrión Parrilla


Según la Real Academia Española, una tradición consiste en la transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc., hecha de generación en generación.


Una devoción es un sentimiento de profundo respeto y actitud de profunda veneración religiosa.


La Semana Santa para los puertorriqueños ha sido un asunto de devoción y tradición puesto que nuestra herencia cultural cuenta, con un fuerte componente de fervor religioso que se refleja significativamente en nuestras tradiciones religiosas. Por lo anterior, los puertorriqueños hemos adaptado nuestra herencia cultural para continuar celebrando la Semana Mayor en Puerto Rico.


A través de los años, el periodo de Semana Santa en Puerto Rico ha reflejado la religiosidad que perdura en la sociedad puertorriqueña. Desde participar en procesiones hasta compartir con familiares apreciando películas que son un clásico, que tratan la temática de la Biblia y de los Misterios que se celebran en la llamada Semana Mayor. Muchos boricuas han sabido mantener de generación en generación nuestras costumbres y tradiciones.


En muchas comunidades llama la atención una gran mayoría de aquellos que llenan las calles desfilando como penitentes participando de las procesiones, via crucis y otras celebraciones de estos días.


Aún recuerdo que de niña veía como muchos que no asistían con regularidad a la iglesia, en Viernes Santo siempre estaban presentes, era como un respeto especial a esta celebración, llegaban en busca de algo o en respeto de algo.


La devoción hacia lo que representa la Semana Santa, desarrolló en los puertorriqueños tradiciones que incluían costumbres en los hogares, comercio, en la alimentación, en las actividades que podían o no celebrarse, entre otros.


Esta devoción que en nuestra cultura y formación espiritual ha representado la Semana Santa, se ha transmitido de generación en generación, pero sin duda en los últimos años vemos como la tradición ha ido modificándose y ha ido aumentando el número de familias que han comenzado a ver este tiempo como uno de receso o vacaciones.


Por tal razón, de un periodo de reflexión y oración, este nuevo pensar se ha convertido en un gran negocio para gasolineras, bares, hoteles y agencias de viajes gracias a una festividad que en principio sólo tiene sentido religioso.


Podemos decir que esta festividad igual que la Navidad, aun siendo de índole religiosa, no todos celebran su origen y razón de ser, dándole algunos un sentido diametralmente opuesto a lo que significa.


De la reflexión y la oración nos hemos ido moviendo a la fiesta y la desconexión. Para un Puerto Rico mejor, necesitamos promover la tradición y volver, a los niños enseñar, el valor de la devoción.

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