Editorial Semana
Similitudes entre Palestina y Puerto Rico

Por: Prof. Luis Dómenech Sepúlveda
“El respeto al derecho ajeno, es la paz” (Benito Juárez)
De partida, quiero dejar meridianamente claro que nunca hemos favorecido las matanzas y crímenes de guerra contra seres humanos inocentes, particularmente cuando se trata de niños, mujeres y ancianos indefensos y totalmente ajenos a los acontecimientos históricos. Entendemos que, toda persona que posea tan siquiera un ápice de sensibilidad y empatía humana, no puede menos que repudiar los crímenes de guerra causantes no solamente de destrucción, desamparo y miseria, sino que le ha costado la vida a miles de israelíes y palestinos indefensos.
Sin embargo, para entender las razones y motivaciones del conflicto entre Israel y Palestinos, conviene dar una mirada a los acontecimientos históricos. Francamente, no son muchos los datos adicionales que pudiéramos añadir a esta columna para entender las causas de los estallidos sangrientos entre ambos Pueblos. Como se sabe, por siglos los hebreos, entiéndase judíos o israelíes, habían carecido de un territorio propio donde asentarse como nación soberana. En 1948, tras siglos como país errante, la recién fundada Organización de Naciones Unidas (ONU) resolvió, con el visto bueno de Inglaterra que para ese entonces tenía total control sobre Palestina, decidieron arbitraria y unilateralmente ubicar al pueblo de Israel en territorio palestino con el apoyo y protectorado de EEUU. A partir de entonces, Israel se fue convirtiendo gradualmente en una potencia militar, industrial y agrícola con el apoyo de Estados Unidos. De hecho, los estadounidenses les envían cientos de millones de dólares anualmente no solamente para fortalecer su poderío fascista, sino también para mantener contentos a las poderosas oligarquías judías que producen grandes cantidades de dinero en el territorio estadounidense.
No conforme con haber sido ubicados unilateralmente en territorio palestino, los israelíes, emulando a Doña Bárbara en la novela de Rómulo Gallegos, comenzaron a mover la verja para usurpar y expandir los terrenos más productivos de los palestinos. Con el tiempo, los palestinos se vieron forzados a reubicarse en la franja de Gaza, una reducida porción de terreno de 41 kilómetros de largo (26 millas) y poco menos de 12 kilómetros de ancho (7 millas) con una población de 2.2 millones. Actualmente, Gaza es el tercer territorio más poblado del mundo, superado únicamente por Singapur y Hong Kong, con una densidad poblacional de 5,046 personas por Km2. A todo ello, la franja de Gaza es total y absolutamente controlada por Israel, incluyendo agua, electricidad, suministros y entrada y salida del territorio.
Es decir, tal y como decían nuestros abuelos, los israelíes entraron por arrimados y salieron como los dueños de Palestina con el apoyo de Inglaterra y Estados Unidos. Actualmente, Palestina es miembro de la ONU pero solo como país observador porque carece de independencia y soberanía política ante la oposición de Inglaterra y Estados Unidos. Solo 139 de los 194 países de la ONU reconocen el derecho de los palestinos a su propia independencia política.
Cualquier semejanza con Puerto Rico es pura coincidencia. Benito Juárez tiene toda la razón