Por: Jesús Santa Rodríguez
Nuestro gobierno necesita establecer política pública e implantar medidas creativas que desalienten el éxodo de puertorriqueños y prometa un mejor prospecto de vida para quienes optamos por permanecer en la isla. Necesitamos plantear propuestas que nos presenten como un lugar hospitalario para vivir e invertir, para que nuestras familias jóvenes productivas permanezcan aquí y colaboren en el fortalecimiento de sus hogares, promuevan emprendimientos nuevos y construyan con nosotros una economía robusta. Por esto, la mayoría legislativa de la Cámara de Representantes ha aprobado en los pasados años medidas dirigidas a aumentar el salario mínimo a los trabajadores, y proteger los empleos y las pensiones de los retirados del gobierno. Temprano esta semana aprobamos el uso de $250 millones para el pago de un incentivo que ayude a aliviar la pesada carga a los contribuyentes de la clase media trabajadora del País.
Durante años hemos visto una perniciosa disminución en la tasa de nacimientos y un crecimiento poblacional neto en negativo. A esto también hay que sumar la pérdida de población por el efecto de la migración.
Esta tendencia, agudizada desde 2013 hasta 2023, demuestra una inclinación alarmante, con una pérdida de 700,000 habitantes. No obstante, esta baja en los índices de fertilidad y natalidad no son recientes ni exclusivos de Puerto Rico. Pero, aquí se ha visto acentuada por el éxodo posterior a María, los terremotos del sur, la pandemia, las pobres condiciones de empleo y retribución, así como el deficiente acceso a servicios de salud, que es otra crisis local que el Gobierno ha normalizado.
Todo esto apunta a que nuestro país no tendrá reemplazo generacional, con un efecto abarcador para las próximas décadas, que incluirá, sin limitarse, a una reducción en la fuerza laboral más joven y profesionalizada y menos cantidad de personas en edad reproductiva. Un nuevo ciclo de menos nacimientos y menor capacidad de retener personas productivas podría traer un estancamiento en el desarrollo económico del país.
Conscientes de la necesidad de desarrollar legislación dirigida a retener a nuestras familias jóvenes, la mayoría de la Cámara de Representantes continuará impulsando iniciativas para reducir y eliminar la burocracia y trabas para que el empresario local pueda iniciar emprendimientos, dando apoyo a los programas de incubadoras de negocios y creación de empresas, y ampliando los programas de cuido de niños en etapa preescolar.
Esta faena es de todos, y es deber del Ejecutivo desarrollar política pública dirigida a mejorar la calidad de la educación pública y el acceso a servicios médicos, evitando el éxodo de más médicos, particularmente obstetras, ginecólogos y pediatras, así como desalentar el cierre de hospitales, salas de urgencias, emergencias y partos, y el número habitaciones de hospital disponibles en los principales centros de cuidado médico.
Este año en el que tenemos el derecho y deber de votar, pasemos juicio sobre el desempeño del gobierno y sus legisladores antes de depositar nuestra confianza en quienes dirigirán nuestro destino durante los próximos cuatro años.
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