Por: Myrna L. Carrión Parrilla
El 23 de septiembre se recuerda en la historia en Puerto Rico por la celebración del Grito de Lares, pero en nuestra ciudad de Caguas conmemoramos la memoria de William Miranda Marín QPD. El licenciado William Miranda Marín, cagüeño de pura cepa y quien con orgullo decía ser original del barrio Tomas de Castro.
Don William estudió en las escuelas de Caguas y se desarrolló como un profesional de primer orden en todas las experiencias profesionales del sector privado donde se desempeñó. Su amor y lealtad por su patria y su ciudad, su carácter firme y emprendedor, su inteligencia y profundidad intelectual, su capacidad visionaria, su fe en Dios, su compromiso y arrojo, su habilidad para unir esfuerzos, su integridad y confianza en que un Puerto Rico mejor era posible, hizo de él, sin duda, un líder como pocos.
A veces pensamos que los seres humanos deben partir cuando entendemos que es el tiempo, pero cuando parten antes de lo esperado se nos hace difícil entender y aceptar que partimos cuando estamos listos y cuando podemos convertirnos en modelos y figuras a seguir y cuyo legado debemos emular y continuar.
Como líder encontramos en él las características de quien así llamemos. Dió ejemplo, un líder debe comenzar por vivir y actuar a la altura de lo predica y lo que espera de quienes lidera. Era comprometido, trabajaba sin descanso por aquellos ideales que lo movían y proyectos que se proponía. Forjador de líderes, sabía confiar y guiar a quienes unía a su equipo de trabajo y se aseguraba de tallarlos como todo un escultor, para hacer de ellos grandes servidores y líderes de lideres.
Compartía principios que lo guiaban y que le habían servido de inspiración para sus logros, lo que permitía que quien le acompañara en sus proyectos creciera y formara parte de una fuerza íntegra para hacer realidad lo que proponía.
Establecía claros planes de trabajo y se aseguraba de dar seguimiento hasta el cumplimiento. Trazaba metas altas y se aseguraba de que su equipo de trabajo contara con las herramientas y el desarrollo personal y profesional necesario para lograrlas.
Confiaba en el apoderamiento de la gente, en el talento del puertorriqueño, en la unidad y hermandad de quienes convivían en un mismo lugar, por lo tanto, creía y confiaba en la gobernanza, que es la unión de esfuerzos y el reconocimiento de que el gobierno y la comunidad no son cosas aparte, sino que es el proceso de tomar y hacer cumplir decisiones con la participación activa y representatividad de la mayoría y de todos los sectores.
Caguas ha sido cuna de grandes hombre y mujeres que han dejado grandes legados en las artes y la cultura, la educación y el deporte, en servicio público, sector privado y en el mundo de la fe, pero sin duda cuando pensamos en ellos y en lo que nuestra Ciudad ha llegado a ser, debemos reconocer en William Miranda Marín, es un hombre para la Historia.
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