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Doulas de fin de vida o acompañantes en la muerte

Foto del escritor: Editorial SemanaEditorial Semana



Redacción Editorial Semana


El “Movimiento Positivo de la Muerte”, dirigido por “Millenials”, promueve discusiones honestas sobre la muerte y el proceso de morir, en lugar de tratar estos temas como un tabú. Esta es la razón por la cual los/las doulas de la muerte o acompañantes se convierten cada vez más populares entre familias que enfrentan una muerte inminente. Al igual que una “segunda esposa”, comadrona o partera que cuida a otras mujeres durante el embarazo, parto, nacimiento y más allá; el o la doula de fin de vida provee apoyo no médico a quienes atraviesan por un proceso mortuorio.


Son un recurso compasivo que unen puentes entre los aspectos físicos, emocionales y espirituales de la muerte. Caminan mano a mano con individuos y familias mientras se preparan para la muerte educando, guiando y asistiendo a las personas moribundas y familias para enfrentar la muerte, abrazar la mortalidad y atravesar el luto en maneras saludables. Si también tuvieran licencia para proveer servicios fúnebres, él o ella podrían planificar el velatorio, sepelio o cremación con la persona próxima a morir y su familia.


Un doula de fin de vida o de muerte puede servir de hombro para llorar y una fuente de fortaleza. Puede instar a la persona a llevar a cabo acciones que puedan ser significativas y satisfactorias en sus últimos días de vida. Como ejemplo, arreglar libros memoriales o escribir cartas emotivas que expresan gratitud y amor a sus seres queridos. Además, recordar buenos momentos puede ser más reconfortante para quienes se están muriendo y quienes reciban regalos tangibles pueden disfrutarlos en los próximos años.


También puede ayudar a encauzar a una persona a pensar en cómo otras personas desean las recuerden. Cada persona es única, por lo que familias y amigos nos recuerdan de esa manera. Una historia de vida se compone de grandes eventos y pequeños detalles.


Por otro lado, este o esta acompañante sabe cómo abordar con la familia tópicos sensitivos y ayudarla a navegar las fuertes emociones que pueden aumentar. Mientras que la persona moribunda normalmente desea que alguien le diga cómo quiere que su muerte se produzca (dónde, la atmósfera, las personas presentes, etc.). Pero las familias no desean hablar entre sí o cuestionar.


Hay familias que opinan que un o una doula de fin de vida ha hecho la muerte menos cruda y nada espantosa, pues son capaces de hablar abiertamente sobre sus temores o hacer preguntas difíciles y saber que se sienten escuchados o vistos.


Es práctico para una persona que enfrenta su propia muerte planificar más allá para su funeral, velatorio, entierro o cremación. Aunque los/las doulas no realizan arreglos fúnebres a menos que estén autorizados(as) para estos menesteres, pueden ayudar a alguien moribundo a pensar en sus últimos deseos.


Aunque un doula de fin de vida puede trabajar con un equipo de hospicio y complementar sus servicios con el cuidado que el mismo provee, ambos roles son distintos. Hospicio ofrece apoyo médico para traer paz y comodidad al final de la vida, conjuntamente con apoyo emocional y espiritual para la persona que muere y su familia. Mientras, el/la doula es un profesional no médico que provee apoyo práctico.


Los miembros de hospicio pueden administrar medicamentos o terapia física para mejorar la calidad de vida. También pueden adiestrar a la familia en el cuidado de un moribundo(a). El rol de doula es sentarse y dialogar con la persona próxima a morir o ayudar con las comidas, preparar entremeses y brindar compasión a familiares y amistades.


(Referencia: What is an End-of-Life Doula? https://www.dignitymemorial.com/grief-and-sympathy/losing-a-loved-one/end-of-life-doula; 2025)

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