Por: Prof. Luis Dómenech Sepúlveda
¿Qué hacer ante los Nuevos Tiempos? Parte II
[“Hasta el día de hoy, el independentismo ha tenido de sobra la constancia y la perseverancia necesaria. Lo que ha faltado es el momento oportuno. Y ese momento se acerca a pasos agigantados. Nuestro pueblo es como un barco de vela cuyo destino es el puerto de su libertad, el puerto de la tierra prometida. Pero llegar a ese puerto no depende solo del esfuerzo y el tesón de sus tripulantes. También depende de los vientos, de las tempestades, de las mareas y de las corrientes marítimas que se tienen que enfrentar en esa travesía.
La historia de la lucha por nuestra libertad antes y después de 1898 confirma lo que les acabo de decir. Bajo el imperio español, Puerto Rico, junto a Cuba, era la llave de Las Américas. Bajo el imperio estadounidense ha sido el Gibraltar del Caribe. Las tropas de Estados Unidos no llegaron a Puerto Rico por casualidad. Invadieron sin consultar a nadie porque su dominio sobre Puerto Rico era necesario para defender sus propios intereses, particularmente sus intereses geopolíticos y militares. Desde Puerto Rico podían defender los accesos al Canal de Panamá, ya en proceso de construcción, y podían, además, extender su dominio militar y económico sobre toda la zona del Mar Caribe y del Norte de Sur América.
Después del trauma del 1898, el patriotismo puertorriqueño, inspirado en el ejemplo del Padre de la Patria, Ramón Emeterio Betances, se fue reconstituyendo bajo el liderato de José de Diego. Ya para el 1913 y 1914, el Partido Unión, que ere entonces el partido abrumadoramente mayoritario, proclamó la independencia de Puerto Rico como su aspiración suprema. En ese entonces la voluntad libertaria de los puertorriqueños era clara, pero el momento histórico no era el oportuno. Estaba en curso la Primera Guerra Mundial y Estados Unidos reafirmó ante el mundo su voluntad de dominio imponiendo en 1917 la ciudadanía americana aún frente a la oposición de la Cámara de Delegados de Puerto Rico. Les recuerdo que no es casual que ese mismo año, ante la amenaza de Alemania, Estados Unidos le compraran las Islas Vírgenes a Dinamarca. Estados Unidos no iba a poner en riesgo sus intereses militares y estratégicos en medio de una guerra. Los vientos y las tempestades de la época desviaron el velero de nuestra patria de su rumbo hacia la libertad.
Fue entonces que José de Diego levantó la consigna “Dentro del régimen, en contra del régimen”. La semilla sembrada por los patriotas del Siglo XIX y principios del Siglo XX cayó en terreno fértil y para la década de 1920 surgió la figura mártir de Pedro Albizu Campos como presidente del Partido Nacionalista Puertorriqueño.
Don Pedro, siguiendo la consigna de José de Diego, participó en las elecciones de 1932 en las cuales el Partido Liberal, heredero del Partido Unión, obtuvo el 44% de los votos con un programa de “la independencia a pelo”, como se decía entonces…] continuaremos.