Redacción Editorial Semana
redaccion@periodicolasemana.net
Al ser una enfermedad zoonótica, el virus de la rabia puede también infectar a los humanos. Se trata de una enfermedad muy grave, que puede causar la muerte tanto al animal infectado como al humano si no se diagnostica y trata a tiempo.
El virus responsable de esta enfermedad es del género Lyssavirus de la familia Rhabdoviridae, que se distingue al ser un grupo de vÃruses con la forma de una bala. Ataca principalmente al sistema nervioso y se transmite por la saliva de un animal que muerde a otro y la agresividad que provoca, generalmente hace de ella una enfermedad muy contagiable.
De acuerdo con el Colegio de Veterinarios de Puerto Rico, las primeras señales que indican que algo le sucede a la mascota son: tensión muscular, fiebre, escalofrÃos, vómitos, diarrea, malestar general, pérdida del apetito, hipersensibilidad a la luz, y episodios de tos.
Otros sÃntomas que pudieran reflejar una etapa avanzada incluyen: no tener movilidad en las patas o los músculos faciales, caÃda repentina de la mandÃbula inferior, cambios en las cuerdas vocales y ladrido anormal, exceso de salivación en forma de espuma alrededor del hocico y dificultad para tragar alimento. Una salivación abundante y espumosa, agresividad, la obsesión de morder las cosas e insomnio pudieran ser señales de la parte más agresiva de esta enfermedad.
No existe un tratamiento efectivo contra la rabia. Una vez diagnosticada la enfermedad por un médico veterinario, el especialista seguirá el protocolo establecido por el Departamento de Salud de Puerto Rico.
El primer paso para la prevención de esta enfermedad es la vacunación, ya que disminuye considerablemente las probabilidades de que la mascota contraiga la enfermedad. La vacuna contra la rabia se debe administrar anualmente por un médico veterinario licenciado y colegiado.
Se debe evitar el contacto con objetos que han sido expuestos a la saliva de animales de los cuales existe la sospecha de tener la enfermedad. Se aconseja tener precaución con las mangostas, ya que son el principal vector de este virus en Puerto Rico. También con animales perdidos o que viven en la calle, ya que es poco probable que hayan sido vacunados.
Si sospecha que su mascota puede padecer de este virus, consulta con tu médico veterinario. Si usted o algún miembro de su familia resulta mordido, lave la herida por 15 minutos con abundante agua frÃa y dirÃjase al hospital más cercano. Para más información, puede llamar al Colegio de Médicos Veterinarios de Puerto Rico al 787-249-5304.