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Favorecen entrenamiento sobrereanimación cardiopulmonar

Redacción EDITORIAL SEMANA

redaccion@periodicolasemana.net


Los programas de entrenamiento sobre reanimación cardiopulmonar (RCP) adaptados alas comunidades pueden ser una estrategia eficiente para capacitar a más personas para salvar vidas, según una investigación preliminar presentada en el Simposio de ciencias de la reanimación del 2022 de la American Heart Association celebrado en persona en Chicago el 5 y 6 de noviembre.


Los datos sugieren que los programas de educación centrados en personas que viven en comunidades de viviendas públicas pueden ayudar a mejorar las tasas generales de reanimación cardiopulmonar (RCP) realizada por un testigo presencial y de supervivencia a los paros cardíacos.


“Nuestros hallazgos proporcionan un gran potencial para mejorar la RCP realizada por testigos presenciales y la supervivencia a gran escala. Las comunidades de viviendas públicas son zonas geográficamente bien definidas con una unidad organizativa que permite un acceso factible para dirigir las iniciativas a la formación de la población y al despliegue de desfibriladores externos automáticos (DEA)”, afirmó la autora principal del estudio, Anne Juul Grabmayr, M.D., estudiante de Ph.D. y asistente de investigación clínica en los Servicios de emergencias médicas de Copenhague, en la Universidad en Dinamarca. “Si se centran las iniciativas en las personas que viven en comunidades de viviendas públicas, es posible marcar presencia a la mitad de los paros cardíacos con la mejora del despliegue de los DEA y el entramiento de RCP de los residentes”.


Un DEA es un dispositivo ligero y portátil que puede detectar un ritmo cardíaco anormal que requiere tratamiento y que administra una descarga para que el ritmo cardíaco vuelva a su estado normal.


El estudio comparó los paros cardíacos extrahospitalarios en comunidades de viviendas públicas de Viena (Austria) del 2017 al 2021 y de Copenhague (Dinamarca) del 2016 al 2020 con zonas residenciales de cada ciudad. Los investigadores revisaron los registros de paros cardíacos de las ciudades, los datos de las viviendas públicas y un atlas de densidad de población y detalles residenciales.


De los más de 4,300 paros cardíacos extrahospitalarios ocurridos en Viena, el 32% se produjo entre los residentes de una comunidad de viviendas públicas. De los más de 2,300 paros cardíacos extrahospitalarios ocurridos en Copenhague, el 35% se produjo entre personas que vivían en una comunidad de viviendas públicas. Estos datos representan un aumento de tres veces por kilómetro cuadrado y de 1.5 veces por cada 100,000 personas en comparación con las demás zonas residenciales.


“Lo excepcional de este estudio es que responde a cómo encontrar zonas residenciales de alto riesgo y, lo más importante, también ofrece un punto de intervención”, afirmó Grabmayr.


Los resultados del estudio pueden ser aplicables a las comunidades de viviendas públicas de otros países, incluidos los Estados Unidos.


“Creemos que una proporción importante de paros cardíacos se produce en los barrios de viviendas públicas de todas las comunidades del mundo, aunque la proporción puede no ser exactamente la misma”, añadió Grabmayr.

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