Por: Félix Tomás Miguel Aponte
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No existen palabras mágicas que puedan borrar el dolor por la pérdida de la persona amada.
Cuando cuidamos a alguien que sufre la partida de su ser querido, se nos hace difícil verle sumido(a) en su dolor; aún las personas que tienen las mejores intenciones pueden equivocarse. Queremos decirle palabras como: “Sé cómo te sientes”, “quizás esto obra para bien”, “ya descansa” o “ya no sufre”, entre otras. Pero ninguna es capaz de eliminar o reducir el dolor que atraviesa el familiar, amigo o amiga doliente.
La psiquiatra y consejera profesional Pamela Blair estableció en su artículo Helping Others Cope with Grief (2022) que aunque es frustrante no poder quitarle el dolor a nuestro ser amado, el rol principal de la persona acompañante es simplemente “estar ahí”. Trate de no preocuparse por qué decir, sólo esté presente cuando la persona necesita en quién apoyarse, o según necesario.
Según Blair algunas palabras o frases son extremadamente dolorosas para que una persona doliente pueda escuchar. Frases trilladas como: “El tiempo cura las heridas”, “Tienes motivos para estar agradecido(a)” y “Debería aliviarte que ella (o él) está fuera de dolor” no ayudan y hacen más difícil el duelo.
Por otro lado, cita la escritora Molly Fumia ilustra de manera preciosa el acto de estar presente en “Safe Passage”: “Lloraré contigo, ella susurró, “hasta quedarnos sin lágrimas. Aún cuando sea para siempre. Saldremos adelante juntos(as)”. Para la autora, “esta es una simple promesa de conexión. Una alianza amorosa de dolor y esperanza que bendice la separación y el reencuentro con el ser amado”.
(Referencia: Blair, Pamela. Helping Others Cope with Grief. Sept. 2022. www.dignitymemorial.com)