Por Jorge L. Pérez/JPG Media Group
Fotos Pepo Pereira/Municipio de Caguas
El onceno de Caguas Sporting FC tuvo una meritoria actuación este año en el recién concluido torneo de apertura de la Liga Puerto Rico de fútbol masculino, cuando llegó hasta semifinales y contó, en Joseph Acevedo con el mejor goleador del circuito.
Pero la cosa pinta aun mejor para el torneo de clausura de principios de 2024, debido a que el equipo podrá contar entonces también con el estelar delantero Sebastián Rodríguez.
El cagüeño de 22 años de edad, residente en la urbanización La Serranía en el sector La Guazábara, no pudo jugar en el torneo de 2023 debido a que se encontraba muy ocupado con sus estudios y con su participación con el equipo de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, al que ayudó a ganar de forma invicta el campeonato de la LAI al ser el líder goleador de la Liga, con 19, y finalmente quedar seleccionado como el MVP.
“Nos fue muy bien en la LAI”, dijo el estudiante de biología, “pero con los estudios y las prácticas, no pude jugar con Caguas”.
“Pero espero poder jugar el próximo año (2024)”.
Sebastián espera estar más desahogado con sus estudios, al graduarse en mayo, luego de haber solicitado ya para entrar a la escuela de medicina en agosto.
“Yo estoy en mi quinto año de universidad, pero solo jugué en cuatro debido a que en uno no hubo fútbol debido al Covid”, explicó. “Pero después de jugar mis primeros años con Guaynabo Gol y con Bairoa, llegué a Caguas Sporting para cuando iba a comenzar mi segundo año de universidad”.
“Pero luego de que el equipo llegó ahora a semifinales, espero que tengamos un año incluso mejor en 2024”, dijo.
Sebastián explicó que en Caguas Sporting no tiene compañeros que también jueguen con la UPR, aunque sí algunos que juegan con la Ana G. Méndez, otro de los mejores conjuntos del fútbol universitario.
Finalmente, el jugador explicó que comenzó a jugar fútbol a nivel de clubes con el club Roosevelt, cuando tenía siete años.
“Yo antes jugaba pelota, porque mi papá me metió”, dijo, “pero como a los cinco años, un primo al que le gustaba mucho el fútbol, comenzó a enseñarme y a practicar mucho conmigo, penales y esas cosas”.
Gracias a la dedicacio0n de ese primo, que era unos 15 años mayor que él y nunca jugó fútbol a nivel formal, aunque sí le gustaba, Sebastián encontró su vocación deportiva.
“Me enamoré del fútbol”, concluyó.