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Libertad universitaria Harvard vs Trump

  • Foto del escritor: Editorial Semana
    Editorial Semana
  • hace 4 días
  • 2 Min. de lectura



Por: Nitza Morán Trinidad


Finalizado el mes de mayo que se caracteriza por ser el mes donde nuestro estudiantado del sistema público y privado se gradúa y donde se pone la esperanza de un pueblo para un futuro prometedor al saber que muchos de ellos se integrarán a las universidades con la intención de forjarse de una profesión. Son ellos los que transformarán al país en uno de estabilidad social y económica.


Aunque no muchos han prestado atención a las políticas públicas sobre la educación se ha hecho evidente hace ya unas semanas la controversia que existe entre la administración de Donald Trump y la universidad más prestigiosa y sino la más importante de los Estados Unidos, Harvard. Por mencionar algunas de las medidas extremas del presidente están los recortes de fondos federales de aproximadamente de 2.5 millones de dólares, la revocación de la certificación por reclutar estudiantes internacionales y como si fuera poco los ha amenazado con eliminarle la exención fiscal y le añadimos el antisemitismo y la discriminación de género para acabar de completar el escenario.


¿Como deberíamos analizar todo esto? Pues se interpretaría como un momento histórico donde la libertad universitaria se ve afectada tras determinaciones y exigencias de un gobernante con criterio casi autoritario y de intromisión gubernamental a lo que respecta el sistema universitario. Sin duda alguna estas decisiones afectan programas de investigaciones importantes en la inteligencia artificial, científicas y económicas poniendo a la nación desprovista de posibles resultados y hallazgos que se aportarían al tema de la salud, optimización de sistemas de visiones futurísticas y de decisiones financieras que empoderarían aún más la nación americana.


El presidente la Universidad de Harvard, Alan Garber, ha hecho público su molestia sobre las decisiones presidenciales y ha entablado una demanda federal estipulando violaciones constitucionales aludiendo a la primera enmienda constitucional del principio de la libertad académica por la institución poniendo en riesgo los derechos no solo de los estudiantes de Harvard sino también de todas las universidades a poder operar sin coerción política y poder ofrecer una educación de primera.


Entiéndase que la educación es la base de toda sociedad exitosa y sin ella estaríamos al margen de grandes restos que se traducirían en atrasos severos ante unos tiempos en que se evoluciona rápidamente entre una era digital que pareciera ser acaparadora y lo que se hace es atender el hecho de la intromisión en decisiones administrativas de las instituciones.


El pan de la enseñanza no se niega ni se acuartela, debería ser una accesible para el bienestar de todos y que se conceda la libertad universitaria y de nuestros estudiantes que añoran una preparación universitaria y lo que tenemos es la lucha de poder entre Trump y Harvard.


La autora es senadora por San Juan, Aguas Buenas y Guaynabo

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