Un gobierno de mentiras y traiciones
- Editorial Semana
- 12 jun
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Por: José “Conny” Varela
La comunidad inmigrante en Puerto Rico, y en Caguas, tiene miedo y razón para tenerlo. La gobernadora Jenniffer González le mintió y la traicionó. Durante la campaña electoral buscó su voto, se mostró sensible a sus necesidades, y les prometió un gobierno empático. Unos pocos meses después de ser electa gobernadora, quedó demostrado que les mintió y los traicionó.
El gobierno de Jenniffer González no tiene sentido del honor ni principios.
La orden del día son las redadas del gobierno federal que destrozan insensiblemente familias de inmigrantes. Mientras tanto, el gobierno de Jenniffer González facilita los operativos y le miente al pueblo sobre cuáles son los valores que pretende proteger.
Junto a las redadas y arrestos vienen las cantinfladas de la administración del gobierno en turno, que ya no sabemos si provocan más vergüenza que indignación.
Está claro que el liderato del PNP del siglo 21 no es de la calidad del liderato del PNP de Don Luis A. Ferré. El liderato actual de ese partido se ha dedicado a mentir para mantenerse en el poder, pero cuando ha llegado el momento de actuar, lo ha hecho de forma destemplada para complacer al presidente Trump sin importar la indignación criolla que puedan causar. Al parecer siempre apuestan a que los electores tienen memoria corta y a que siempre los podrán engañar.
La mediocridad de la gestión gubernamental del gobierno de Jenniffer González deja claro que ella estaba preparada para hacer campaña, pero no lo estaba para gobernar. Asumió la candidatura sin un plan para administrar el gobierno. Hoy lo que tenemos es una administración de perpetua improvisación y de sumisión a la politiquería de un republicanismo que es ajeno a las convicciones del pueblo puertorriqueño.
Puerto Rico no había vivido una experiencia gubernamental de desgobierno extremo como la que estamos viviendo. En apenas unos meses la administración gubernamental tiró por la borda cualquier posibilidad de realmente ser representativa de las aspiraciones del pueblo. El cuatrienio que transcurre promete ser muy decepcionante y largo, pero, también servirá como término para refundar la conciencia política de los puertorriqueños. Nada es más propicio para promover el buen gobierno que sufrir su ausencia. Le corresponde al pueblo madurar la experiencia y reclamar el cambio.
El autor es representante por Caguas en la Cámara de Representantes
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