Abusivas multas municipales en Caguas
- Editorial Semana
- 3 jul
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De partida, entendemos que la función ministerial de los gobiernos, tanto a nivel central como municipal es, ante todo, ser lo más amigable posible y hacerle la vida más llevadera al atribulado pueblo que, día tras día, realiza gestiones personales en los centros urbanos. Son muchos los conductores, tanto cagüeños como visitantes, que han levantado su voz de protesta ante las abusivas multas de estacionamiento a partir de la imposición de los parquímetros en el 2014. Poco faltó para instalar parquímetros en las urbanizaciones. Súmele a ello, la cantidad de multas desproporcionadas por estacionamiento en las calles aledañas como si se tratara de visitantes “non gratos” para las autoridades municipales.
Si bien es cierto que el centro urbano de Caguas está dotado de estacionamientos privados, tanto al aire libre como multi pisos, no es menos cierto que la mayoría de las veces dichas instalaciones están totalmente ocupadas obligando a los conductores a dejar las llaves del vehículo a disposición de desconocidos o, en su defecto, buscar espacios disponibles en las calles solitarias y distanciadas del casco urbano.
Desde luego, reconocemos que el Municipio Autónomo de Caguas representa, hoy por hoy, el centro de ventas y servicios profesionales más diversificado, dinámico y modernizado de la región centro-oriental de Puerto Rico. Incluso, su centro urbano cuenta con pequeños y medianos negocios (restaurantes, cafeterías, panaderías, colmados, heladerías, farmacias, librerías) como también de consultorios médicos, psicólogos, abogados, agencias de gobierno y otros servicios. Sin embargo, estacionarse en las calles aledañas del centro urbano se ha convertido en una verdadera pesadilla tanto para los propios cagüeños como para los cientos de visitantes que realizan gestiones personales a lo largo y ancho de la ciudad.
Por un lado, el hostigamiento de los vigilantes del sistema de parquímetros es francamente desalentador. Éstos, en lugar de motivar al visitante, provocan que muchos conductores se alejen del centro urbano en detrimento no tan solo de los pequeños y medianos negocios, sino también a los profesionales que ofrecen servicios especializados. Son muchos los conductores, particularmente mujeres, impedidos y envejecidos, que se ven obligados a estacionar sus vehículos en calles distantes, solitarias y sin rotulación alguna para luego encontrar una abusiva multa con penalidades de hasta $150.00.
Desde luego, el Municipio de Caguas provee para que los conductores penalizados sometan sus respectivas solicitudes de apelación y revisión de sus excesivas multas, pero todo parece indicar que los esfuerzos son infructuosos. De hecho, un amigo abogado, cuyo nombre nos reservamos por cuestiones de privacidad, sostiene que las calles y aceras municipales son parte de la servidumbre pública y, como tal, resulta inconstitucional utilizarlas para generar ingresos público-privados.
Después de todo, los conductores que se estacionan diariamente en las calles aledañas al casco urbano de Caguas no son delincuentes ni mucho menos criminales compulsivos. Se trata, sencillamente, de ciudadanos de bien que visitan el centro urbano para realizar alguna gestión personal o familiar y no para ser hostigados y penalizados por las empresas público-privadas de la ciudad.
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