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Betances y De Diego: inmortales de la Patria




Por: Prof. Luis Dómenech Sepúlveda


A partir del siglo XIX surgió en Puerto Rico una insobornable casta de próceres que nunca escatimaron en sacrificar vida, hacienda y libertad por el honor, la integridad y la emancipación de Puerto Rico. Ello, ante el autoritarismo represivo de la Monarquía española tras casi cuatro siglos de subyugación, usurpación y colonialismo pernicioso. Salvo en honrosas excepciones, el grueso de nuestros próceres proviene de la región suroeste de Puerto Rico entre los que se destacan (1) Ramón Emeterio Betances (Cabo Rojo), (2) Eugenio María de Hostos (Mayagüez), (3) Segundo Ruiz Belvis Hormigueros), (4) Lola Rodríguez de Tió (San Germán), (5) José de Diego (Aguadilla) y (6) Pedro Albizu Campos (Ponce). Desde luego, ese protagonismo emancipador tiene su propia génesis. Y es que, desde los orígenes del sentimiento independentista contra el régimen español, el área occidental de Puerto Rico, conocida originalmente como el Partido de San Germán, tuvo mayor protagonismo por la independencia de Puerto Rico que la propia zona metropolitana cuya ciudadanía, por prebendas, lentejas y privilegios coloniales, fueron más fieles e incondicionales al régimen colonial.


Fue precisamente durante la segunda mitad del siglo 19 que surgió el heroico Grito de Lares (23 de septiembre de 1868) dirigido y planificado clandestinamente por el propio Ramón Emeterio Betances (8 de abril de 1827–16 noviembre de 1898). Cabe destacar que Betances, residente en Francia desde sus 10 años de edad, regresó a Puerto Rico a sus 28 años de edad (1855) graduado con altos honores de medicina, cirugía y oftalmología de la Universidad de París. Su gran contribución científica, humanitaria y política fue realmente sin precedentes: (1) combatió la terrible epidemia del cólera que le había costado la vida a más de 30,000 puertorriqueños, (2) impulsó la abolición de la esclavitud aprobada por España en 1873 y (3) combatió la pobreza extrema, impulsó los derechos humanos y la justicia social en Puerto Rico. De ahí que se le reconociera históricamente como el “médico de los pobres”, abolicionista y Padre de la Patria”. Aunque algunos renegados insisten en catalogar el Grito de Lares como un rotundo fracaso político, no es menos cierto que a partir de entonces nació ese sentido de pertenencia e identidad nacional tan arraigado en la psiquis de todos los puertorriqueños. Betances fue condecorado en Francia por su obra científica, abolicionista y libertador.


Por su parte, José de Diego (Caballero de la Raza) ha sido uno de los patriotas más polifacéticos de nuestra historia: abogado, intelectual, poeta, periodista, escritor y político prominente durante las postrimerías del siglo 19 y principios del siglo 20. De Diego (1) presidió la Cámara de delegados (hoy Cámara de Representantes), (2) combatió la imposición de la ciudadanía americana por considerarla una estrategia imperial colonizadora, (3) defendió el idioma español como nuestra lengua materna y (4) fundó el Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de Mayagüez, hoy UPR de Mayagüez. “Haz como el toro acorralado, ¡muge! O como el toro que no muge: ¡¡embiste!!”.

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