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  • Foto del escritorEditorial Semana

El deber del Estado respecto a la salud




Por: Jesús Santa Rodríguez


La fuga de talento especializado en el campo de la medicina en Puerto Rico, a raíz de la diferencia de salarios en contraste con otras jurisdicciones, debe ocupar una de las principales prioridades del gobierno. A esto hay que sumar la falta de precisión y celeridad de los planes médicos para pagar los servicios provistos y facturados por parte de los profesionales de la salud y los hospitales.


En el caso de las dependencias de salud del gobierno, estas enfrentan retos que tienen un impacto transversal en el bienestar general de la ciudadanía, pues es al estado al que le corresponde realizar investigaciones, elaborar planes de prevención y tratamiento de las condiciones de salud prevalentes y atender las crisis resultado de cualquier emergencia o catástrofe.


Para aquilatar las necesidades más apremiantes de este sector, la Cámara de Representantes se encuentra en la evaluación de las peticiones de presupuesto del Departamento de Salud (DS), del Centro Comprensivo de Cáncer de la Universidad de Puerto Rico (CCCUPR), el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y otras dependencias relacionadas.


Dentro de los planes fiscales de nuestras instrumentalidades al servicio de la salud, se encuentra la actualización del plan de retribución de sus recursos, de manera que el Gobierno pueda ser una oferta más competitiva, pudiendo retener el personal presente y reclutar nuevo. Es sabido que para retener o atraer el mejor talento de médicos subespecialistas se requiere contar con un modelo asalariado, lo que tiene un impacto en los gastos del empleador. Del mismo modo, es preciso poder satisfacer otros requerimientos, como beneficios marginales por concepto de licencias puntuales, como vacaciones y tiempo de descanso. Recordemos que estos profesionales tienen en sus manos la salud y vida de sus pacientes. Estas peticiones, que trascienden el asunto fiscal y tocan directamente el factor humano, fueron impugnadas por la Junta de Control Fiscal a pesar de que el impacto en el presupuesto es mínimo. Esta determinación incide en la capacidad de que podamos contar con el número adecuado de profesionales.


Por su parte, el CCCPR, necesita desarrollar los tres pilares para adelantar la erradicación del cáncer en PR. Estos son, la investigación, la educación y la medicina basada en evidencia científica, dirigida a la prevención y detección temprana y el mejoramiento en la calidad de vida de los sobrevivientes de este mal. Un dato sobresaliente es que el CCCUPR no solo atiende a toda la población de la isla. También, es el único centro enfocado en la población hispana en todos los EE.UU.


El tener un sistema de salud robusto y que cuente con los recursos suficientes para garantizar acceso fácil y de calidad a la ciudadanía en el curso normal de la demanda de servicios es esencial para todo país. La salud de todo un país no puede estar secuestrada por la arbitrariedad de la Junta de Control Fiscal ni los procesos caprichosos de los planes médicos, pues las consecuencias son el éxodo de sus habitantes y la improductividad.

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